En mayo de 2016 Globomedia, la productora televisiva más grande de España, anunció el fichaje de Javier Pons, ex TVE y El Terrat, entre otras, como su director general. Y en marzo de 2019, con la creación de The Mediapro Studio, fue nombrado además co-head de TV del estudio, junto a Laura Fernández-Espeso. Mientras que la ejecutiva lidera la parte internacional, Pons lo hace en la nacional.
Y estos años desde la llegada de Pons han coincidido además con el boom que ha protagonizado la ficción española a nivel internacional y el crecimiento de Globomedia, que cuenta actualmente con un buen número de proyectos en marcha o anunciados, como Por H o por B (HBO), Nasdrovia (Movistar+), Paraíso (Movistar+), Vis a vis: el oasis (Fox) o el regreso de El Ministerio del Tiempo (RTVE).
Es por eso que ttvOriginals dialogó con Javier Pons para conocer el presente de la productora y los cambios que ha protagonizado la industria televisiva en española desde su estallido internacional.
Globomedia es actualmente una de las productoras televisivas más activas en España, con múltiples proyectos anunciados que abarcan el thriller, el drama, la comedia y hasta la ciencia ficción. ¿Existe un sello Globomedia que identifique a la productora?
Yo creo que el sello de The Mediapro Studio y Globomedia, la principal productora del grupo, es un lugar común a todos: la exigencia de calidad y la excelencia por un lado, porque ahora mismo estamos competiendo en un escenario global en el cual todos los espectadores pueden ver series de todo el mundo, y con la audacia por el otro. Porque queremos destacar por hacer series que otros no hacen o que otros no se atreven a hacer. Otro diferencial, y que nos ha dado cierta ventaja en el mercado mundial, incluso, es el diseño de los personajes. Ponemos mucho foco en eso.
¿Y cómo es el proceso de creación de los proyectos?
Va en dos direcciones. Primero, estamos muy atentos a los briefings que nos dan los clientes. Tenemos un contacto muy estrecho con los responsables de ficción de todos nuestros partners y tenemos una mirada muy atenta a las necesidades de las cadenas, que son muy cambiantes y dependen mucho del momento.
Pero también, desde hace dos años y medio, invitamos al grupo y a los socios fundadores a que invirtieran en talento original y que pudiéramos también lanzar desarrollos internos, cosa que no habíamos hecho hasta la fecha. Esa inversión en talento interno creo que es muy importante. Llevamos dos años recolectando al mejor talento que podemos. Fichamos a Fernando González Molina, director de Palmeras en la nieve; fichamos a Marc Vigil, uno de los directores que había destacado previamente en Globomedia; a Javier Olivares, el creador de El ministerio del tiempo; y a Diego San José, uno de los responsables de Ocho apellidos vascos. Esto conformó una potencia de fuego interesante.
¿Cómo trabajan con estos talentos y qué ventajas les da tenerlos?
Lo que hemos hecho con ellos es darles libertad para que trabajen y desarrollen sus propios proyectos y esto es lo que creo que nos está dando el diferencial de acudir a los clientes no solo a escucharles, sino también a presentarles prepuestas concretas.
Y vamos a seguir por el camino de fichar talentos, porque creemos que es la única forma de poder ser dueños de nuestros destinos. Sin talentos internos, es muy complicado completar una foto interesante a nivel técnico o de creación, porque con la explosión que se está viviendo en el mundo de la ficción se ha vuelto un rompecabezas armar un equipo.
Así que por una parte es una estrategia técnica-defensiva, en el sentido de que necesitamos contar con ellos, pero lo más interesante es tener un abanico de cabezas y creadores y creadoras amplio, heterogéneo y con muchas sensibilidades. Nos está haciendo más fuertes.
¿Ese es el secreto por el cual tantas cadenas y plataformas están confiando en Globomedia y The Mediapro Studio?
Es la conjunción de dos cosas: primero, el resultado y fruto de un trabajo que empezamos hace cuatro años cuando incorporamos al nuevo equipo y el grupo Mediapro tomó el control definitivo de Globomedia. Comenzamos un trabajo de siembra de ideas y de desarrollos de proyectos que ya ha dado sus frutos en 2019 y seguirá dando en el 2020.
Y mas allá del talento de nuestros equipos, yo diría que la apuesta del grupo por invertir en riesgo, financiando parte de los proyectos, es algo que ha cambiado nuestro perfil. Hemos pasado de ser una productora audiovisual líder en España, pero que se limitaba a producir los encargos de las cadenas, a ser percibidos como un socio que no solo aporta la parte creativa y técnica, sino también capital. Para nosotros la apuesta por la IP es fundamental. Estamos muy volcados y muy enfocados a ella. Es una de las respuestas de por qué Globomedia está arriba: es porque el grupo ha invertido muy fuerte y nos ha dado capacidad para soñar, imaginar, creer en las historias que pensamos que pueden apasionar a la gente, que es a lo que nos dedicamos nosotros. Es un trabajo maravilloso: trabajar para emocionar. No hay nada más bonito que lo que hacemos.
Lo que sí es curioso es que de tantos proyectos anunciados, ninguno sea con Netflix, ¿qué sucede ahí?
Yo soy de la idea de que un ejecutivo cuando ve una idea que le apasiona se lleva todo por delante para conseguirla. Creo que todavía no hemos dado con esa idea que encaje con Netflix.
Estoy convencido de que eso llegará, porque tenemos una excelente relación con todas las áreas de Netflix, e indirectamente sí hemos tenido algún proyecto común, porque ellos se sumaron a FOX en la nueva vida de Vis a vis, y también hemos colaborado con La víctima número ocho, una serie pequeña pero de una gran calidad y personalidad y que salió adelante gracias al apoyo de Netflix. Así que hemos hecho trabajos indirectamente con ellos, pero todavía no en original. Estoy convencido de que muy pronto lo tendremos.
En cuanto a los presupuestos, ¿qué tanto han cambiado con la llegada de las plataformas y el boom de la ficción española?
La aparición de las plataformas ha incidido en el cambio y en el aumento de los presupuestos, que pueden haber crecido entre un 20% y un 30% en algunos casos. En la TV lineal no se está viviendo ese ejemplo porque están con otra situación muy determinada y concreta, pero las nuevas plataformas han hecho explotar el mercado.
No obstante, estamos todavía como cuando el adolescente se está desarrollando y tiene esa crisis de crecimiento en la cual los huesos le crecen desparejo y todavía tienen algunos problemas de encaje… Bueno, hay todavía un pequeño desfase entre lo que se paga en el mercado por las series y lo que nos cuestan. Creo que en España todavía se tienen que amoldar más al estándar de calidad que estamos ofreciendo los productores. Es una conversación muy abierta y honesta que estamos teniendo con todos nuestros interlocutores.
Obviamente la explosión de ficción ha supuesto automáticamente que los salarios de los equipos hayan aumentado mucho, alrededor de un 35%. Entonces creo que son buenas noticias para el tejido audiovisual español, pero en esta crisis positiva de crecimiento, tenemos que irnos acomodando, adaptándonos a la nueva situación y sobre todo disfrutarla, porque nunca hemos vivido una época como la de ahora. Y luego poner las bases para que esto sea sostenible y estable.
¿Van a seguir aumentando los presupuestos?
Yo creo que sí, porque faltan todavía plataformas por llegar. Tiene que lanzarse Disney+, Apple TV+, Starz, Peackock… Va a ser escalonado, pero esto no se ha acabado aquí. Creo que estos nuevos despliegues supondrán un aumento y que así podamos trabajar con aún mayores estándares de calidad.
¿Cómo ve el futuro del sector en los próximos años?
Creo que tenemos por delante un horizonte de cuatro o cinco años muy potentes. Vamos a seguir creciendo y no hay miedo de que esto sea una burbuja, va a seguir siendo muy consistente y estable, y España sigue siendo un mercado muy competitivo con respecto a los demás países europeos o EEUU en cuanto al balance de sus costes y su calidad.
España es un gran plató natural con excelentes técnicos a precios más razonables que el resto de Europa o EEUU, y yo creo que el futuro va a seguir siendo de color azul, que es como a mí me gusta ver las cosas. Nos queda todavía un tiempo muy apasionante para disfrutar.