Carles Porta vuelve a Movistar Plus+ con un nuevo true crime, Luz en la oscuridad, un original Movistar Plus+ que se estrenará el martes 31 de octubre.
Tras el éxito de El crimen de la Guardia Urbana y Crímenes (ambas disponibles en la plataforma), Carles Porta comienza una serie de largo recorrido que evoluciona el género con una premisa clara: «parece una película, pero es real».
Luz en la oscuridad arrancará con dos casos criminales: Daniela, Dulce y Bella y El niño pintor, cada uno contado en dos episodios con el rigor y estilo narrativo habitual de Carles Porta.
Luz en la oscuridad, un original Movistar Plus+ en colaboración con True Crime Factory y Goroka, es un paso más en el género que aúna la experiencia de Carles Porta y su respeto por las víctimas y los implicados en los casos con una narración elegante y sutil y un rodaje, banda sonora y montaje muy cuidados. El título de la serie es el concepto narrativo y formal que dirige los capítulos: poner luz en las partes oscuras de nuestra sociedad con el relato de crímenes que han sucedido en los últimos años en España.
El Serielizados Fest Madrid 2023 acogió en la noche del jueves 26 de octubre la premiere de Luz en la oscuridad con la proyección de los dos primeros episodios, el caso Daniela, Dulce y Bella, y con un coloquio posterior.
«En Luz en la oscuridad garantizamos mucho trabajo e intensidad en cada plano, en cada nota musical, en cada declaración, luchar por tener testigos, por tener a guardias civiles sin tapar… Todo eso es un esfuerzo que busca un gran resultado. Luego, que los espectadores lo compartan, discutan y hablen, eso ya es suyo, y que a partir de ahí lo hagan crecer y se convierta en algo más, eso es maravilloso», dijo Carles Porta durante la presentación.
«Nuestro objetivo es narrar, contar historias. Y si están resueltas y sentenciadas, mucho mejor, porque al final lo que atrapa es un gran relato. Luego, el resolver casos es cosa de la Guardia Civil, de la Ertzaintza, de la Policía, de los fiscales, de los jueces. Ellos lo hacen muy bien. La inmensa mayoría de casos se resuelven. Nosotros lo tenemos que contar. En Luz en la oscuridad no hay sangre, no hay cadáveres, no hay adjetivos truculentos y brutales. Sí que hay tensión, hay fuerza narrativa. Y eso no es nada fácil de conseguir».
«Siempre seguimos la regla de las tres erres: Rigor, respeto y ritmo narrativo. Rigor porque todo lo que hay, es verdad. Hay periodismo de investigación detrás que hace que todo lo que contamos es cierto. Eso ya provoca en el espectador un enganche muy directo. Y esta verdad es imbatible. Y esa verdad también la tienes en el investigador, que te lo cuenta. El respeto es superimportante, incluso hasta por los asesinos, que podríamos destrozarlos, pero no lo hacemos, son los hechos los que sitúan a cada uno en su sitio. Y, sobre todo, respeto por las víctimas. El ritmo narrativo incluye muchísimas cosas. Aquí hay una vocación narrativa muy grande, desde la primera frase a la última. Desde la primera imagen a la última. Todo tiene sentido, todo está pensado, todo tiene que tener un porqué».
Los casos:
Daniela, Dulce y Bella – En el verano de 2019, tres hombres creen haber ligado por internet. Una chica les ha prometido una gran noche si pasan a buscarla por un pueblo perdido en la Ribera Alta del Ebro. Pero Daniela, Dulce y Bella no son quienes dicen ser. La promesa de sexo y diversión se convertirá en secuestro, extorsión y robo con violencia, eso, en el mejor de los casos. Josetxu, un informático vasco que hizo casi trescientos kilómetros para llegar a su cita en Zaragoza, lleva ya varios días desaparecido sin que se sepa nada de él. La Guardia Civil y la Ertzaintza deben coordinarse para encontrarlo. Y cada minuto cuenta…
El niño pintor – El 6 de abril 1987, en Málaga, David Guerrero sale de su casa y desaparece. A sus 13 años, es un niño prodigio de la pintura. Ese día le espera un periodista en la galería donde había expuesto por primera vez un cuadro. Pero David no se presenta. ¿Cómo puede ser que un niño salga de su casa y desaparezca sin que nadie vea nada? Casi 40 años después, esta pregunta aún no tiene respuesta. La policía mantiene abierta la investigación y la familia de David continúa esperando que, un día, su hijo vuelva a casa.