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Al micrófono

Ignacio Díaz: “Ahora mismo estamos involucrados en alrededor de 200 proyectos”

Detrás de las adaptaciones de novelas como Reina Roja, Zorras o La cocinera de Castamar, se encuentra Scenic Rights, la agencia que representa a un enorme catálogo de IPs en desarrollo en Europa, EEUU y América Latina. Para conocer detalles sobre los diferentes modelos de adaptación de obras literarias; los acuerdos de desarrollo para TV; los aspectos relevantes que desembocan en su producción; los posibles acuerdos de coproducción, y mucho más, conversamos con Ignacio Díaz, COO de la compañía.

Entender las claves de los procesos que llevan a la adaptación de una novela, una obra de teatro, un comic o incluso un podcast para su producción en formato televisivo, es fundamental para los propios creadores claro, pero también para los propios productores y distribuidores que participan en el proceso. Entender la dinámica, el tipo de acuerdos o incluso las expectativas que aparecen en juego a la hora de acordar un desarrollo para TV de una obra escrita, es importante para todo el sector en su conjunto.

Sobre estos y otros temas, conversamos con Ignacio Díaz, COO de Scenic Rights, la compañía con base en EEUU, México, República Checa y España que recibe anualmente, entre 700 y 800 obras a analizar.

¿Por qué un libro es un buen punto de partida para desarrollar una producción original?

Hay dos grandes elementos, por un lado tenemos todo el trackrecord de la propiedad. Si hablamos de una novela, puede haber sido un bestseller, puede haber vendido muchas copias, algo que sucede mucho en España, o pueden ser grandes autores, como los que tenemos de América Latina. Y esto finalmente generan lo que conocemos como una marca.

Nosotros por ejemplo tenemos la adaptación de Reina Roja, la saga literaria más vendida en los últimos años para el mercado en español.

Es decir, todo esto te da una audiencia como punto de partida, te da una gran potencia y te ayuda en todo lo que es la parte de marketing, comunicación. No empiezas de cero.

Y esto se complementa además, con todo lo que hace a la parte más vinculada a lo editorial, al contenido. Ahí entramos en diferentes elementos que hacen a los personajes, con sus capas, su profundidad, que describan arcos de desarrollo importantes durante la novela.

Luego tenemos el concepto, la premisa, que ya nos puede dar un marco de referencia importante para desarrollar todo el universo. Y son finalmente estas columnas sobre las que se va a apoyar una plataforma o una productora para entender cómo darle vida a esta novela y transformarla en un desarrollo audiovisual.

Estas dos líneas, la comercial, y la de contenidos, irán encontrando un balance. Es decir, hay obras que no tienen un gran desarrollo editorial pero que por la repercusión comercial de la obra, compensan lo editorial, o viceversa, obras que son verdaderas joyitas escondidas, que tienen un universo a desarrollar enorme y que aun no han sido descubiertas por el gran público. Es decir, hay que ir jugando con ese balance, pues a la hora de trabajar todo esto, depende mucho del cliente, ya que es muy personal. Cada cliente entiende el valor de una propiedad de una manera diferente.

¿Cómo se realiza la primera criba? ¿Cómo saber si una novela es más para serie o película, para una plataforma o para un canal abierto?

Nosotros ya realizamos una primera gran criba. De hecho, al año analizamos un total de entre 700 y 800 proyectos. El equipo analiza en primer lugar, qué puede tener o no el potencial necesario.

Aquí las vías son casi infinitas. En primer lugar vemos si el contenido puede tener potencial de franquicia, y entonces pueden moverse autores colombianos, españoles, mexicanos, si te sirve para adaptarlo para diferentes mercados. También en función del cliente, se analiza si lo vemos más para serie, película, docu o lo que sea. Y todo esto es un trabajo que se hace pero sin cerrarlo mucho ya que esto puede definirse en una segunda instancia de desarrollo.

Siempre intentamos darle una apertura a los contenidos porque al final también juega el productor, el canal, la plataforma. Y eso nos permite no limitar al propio contenido, a la propiedad.

Cuando vemos que un contenido puede tener potencial. Gracias a los acuerdos de representación de los derechos audiovisuales que tenemos de los contenidos que crean o tienen los autores, editoriales o plataformas de podcast, ahí empezamos a moverlo y es ahí donde firmamos un acuerdo de opción de desarrollo, con un tiempo que gira entorno a los 18 meses.

Ahora mismo estamos involucrados en alrededor de 200 proyectos. Todos ellos en diferentes fases. La mayoría en etapa de desarrollo, algunos de ellos en producción.

¿Cómo se trabaja con los autores el proceso de adaptación de una obra escrita a una obra audiovisual?

Primero que todo hay que ser muy respetuoso con los autores. Es una ilusión muy grande para un autor llevar algo que salió de su imaginación, a la pantalla. Lo primero es escuchar, entender, y luego aconsejar.

Pero la verdad es que solo un grupo muy pequeño de autores tiene la capacidad de entender un texto como puede hacerlo un guionista o un showrunner. De todas formas, esto no quiere decir que no se pueda trabajar con el autor. Por el contrario. Es el autor el que a través de su visión, de los materiales, documentos y apuntes a través de los que creó la obra, con su mirada sobre todo el universo que se creó, y de su propia obra por supuesto, que se puede trabajar y adaptar de forma correcta una novela escrita.

¿Una vez hecho el desarrollo hasta dónde llega su participación en el proceso?

Para nosotros es importante que finalmente las producciones se hagan. Porque es ahí donde está el negocio. Pero para que esto suceda a veces se necesita inyectar gasolina en los proyectos. Y esto puede entrar de diferentes maneras. Ya sea armando un esquema de coproducción, estructurando el proceso, o a veces con el packaging, porque el productor no encuentra el toque que se necesita, o bien a través de los guionistas con los que trabajamos. Podemos ayudar incluso acercando el proyecto a ciertas ventanas o plataformas. La agencia muchas veces sirve para generar sinergias, porque finalmente por aquí pasan todos. A veces sabemos qué es lo que una plataforma está buscando, y podemos canalizarlo a través de los propios clientes, etc. Mil fórmulas, para poder sumar y hacer que los proyectos avancen más rápido.

¿De los 200 proyectos que tienen en desarrollo, cuáles se encuentran en fase de producción?

Ahora en España está Reina Roja en etapa de rodaje, y también están Los Farad, inspirada en una propiedad nuestra. También se acaba de terminar el rodaje de Zorras, una adaptación de una trilogía de una autora joven, Noemí Casquet, una producción de Morena Films para Atresmedia Player.

En México acaban de terminarse dos películas para Netflix, Invitación a un asesinato, una producción de Wild Sheep, la productora de Erik Barmack, en conjunto con Windsor Films y Perro Azul. Se trata de una novela de Carmen Posadas. Luego también tenemos El último vagón, sobre los vagones escuela en México para Netflix.

También estamos trabajando en una adaptación de Claudia Piñeiro, Elena Sabe, para Netflix. También con Warnermedia y Underground para adaptar Catedrales también de Claudia Piñeiro.

¿Qué mercados les interesa de cara al próximo año?

México es un foco importantísimo donde sobre todo estamos muy interesados en captar nuevos talentos. Porque hay mucho para descubrir aun. El mercado hispano de EEUU nos interesa muchísimo porque creemos que no se está sabiendo encontrar contenidos para ese público de tercera generación. Y allí hay una generación de autores a los que les queremos llegar.

Luego Colombia también es un mercado al que nos interesa muchísimo llegar. Pero todo el mercado hispano en general es algo que nos interesa por supuesto.

Luego también abrimos oficinas en Praga, y vamos a seguir haciendo foco en Europa como siempre.

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