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Argentina
A la pantalla, Al micrófono

«El mayor desafío con las series juveniles es no defraudar a la audiencia»

Jorge Edelstein, creador de la serie argentina Cielo grande -disponible en Netflix desde el 16 de febrero-, detalla a Originals los desafíos de construir historias para uno de los públicos más leales y exigentes.

Sin duda las series infantojuveniles son en la actualidad uno de los contenidos más demandados por las audiencias y, claro, por las plataformas de streaming a nivel mundial y también en la región.

En este sentido, la última apuesta original de Netflix es la serie Cielo grande, producida en Argentina por Non Stop Studios, y dispone en la plataforma desde el 16 de febrero.

En diálogo con Originals, su creador Jorge Edelstein, reconocido por su trabajo en serie juveniles como Soy Luna, Once o Junior Express (todas para Disney), entre otras, detalla los desafíos que implica la creación de esta clase de contenido.

¿Cómo surge el proyecto Cielo grande para Netflix?

Los proyectos surgen de variadas maneras. Muchas veces uno presenta una idea o está en un marco de trabajo donde se gesta a partir de una idea o a partir de la propuesta de un mundo o trabajar con ciertos personajes o actores y entonces se desarrolla el contenido.

En este caso, fue parte de un guion que presenté a Netflix y a partir de ahí surge el proyecto. El guion está inspirado en una experiencia mía que tuve en un viaje que hice por Europa junto con un amigo donde terminamos en una isla de Grecia, un lugar perdido donde en el hostel donde nos quedábamos eran todos adolescentes, incluso quienes administraban el hostel. Fue una vivencia muy linda, y todo ese entorno me resultó muy inspirador.

La serie conjuga acción, misterio, romance y momentos musicales. ¿Cómo definís esta historia?

Cielo grande es una aventura que está pensada para el público preadolescente, pero también para adolescentes y familias. A diferencia de otras series, esta es una serie para ver y comentarla. Es una historia que tiene muchos guiños que unen generaciones. Creo que es una serie para debatir en grupo y en familia.

¿Cómo está integrado el equipo con respecto a la creación y realización de la serie?

El equipo es variado. Por un lado, está Mauro Scandolari que es un director que tiene mucha experiencia y series realizadas. Fue el director de Go! vive a tu manera, una serie juvenil también de Netflix. Y en relación con lo autoral, yo soy el autor de la serie y tengo un writers’ room con el que realizamos la serie.

Inicialmente la quería hacer con un foco fuerte en España. Entonces, tengo a la guionista española Paula Velayos. Y también me acompañan Celeste Lambert -que escribió conmigo Soy Luna– y Clara Charrúa, una guionista nueva que se sumó al writers’ room.

¿Cómo fue el proceso de selección del cast?

El casting es un proceso que se realiza en capas. Yo no quería que el casting fuera una etapa posterior a la de la escritura porque muchas veces los mismos actores te dan indicios y direcciones, y hasta te cambian la historia. Cuando empezamos el casting lo hicimos entre el equipo de Netflix y nuestro equipo de producción; pero también sumamos al director, y hasta al director de arte, que normalmente es algo que no ocurre. Muchas veces la idiosincrasia, la nacionalidad de los personajes y la propuesta de diversidad que te traen, genera como una especie de ecosistema que va construyendo la historia y que, a medida que los vas confirmando, el resto de los personajes tienen que acompañar ese ecosistema.

¿Cómo fue el proceso de rodaje y en qué locaciones se realizó?

Filmamos en distintas locaciones, en el Delta del Tigre, pasando el Paraná, a una hora y media de lancha. Me interesaba esa área porque es prácticamente desconocida, tiene una vegetación más parecida a la vegetación subtropical que hay, por ejemplo, en Misiones. Es un área muy interesante. Y la grabación fue totalmente una aventura. Grabamos en pleno covid. Fue una experiencia increíble. Al momento que embarcamos el covid no había iniciado creo que ni la primera ola. En ese momento no había vacunas. Fue una burbuja de un mes y medio que armamos en distintos hoteles en la zona del Delta. Una situación muy extraña… También hubo otra etapa que se grabó en la zona de Pilar, en distintas locaciones que construían un mismo mundo dentro de la ficción.

¿Habrá una segunda temporada de Cielo grande?

Obviamente espero que se confirme la segunda temporada y que nos sigan acompañando, porque el contenido y las series son una experiencia que no solo tiene que entretener, sino que tiene que entusiasmar, dar ejemplos de vida, porque básicamente generarnos como movimientos emocionales que nos hagan hasta pensar en nosotros mismos, en nuestro entorno y a motivarnos también a hacer mejores.

Has estado detrás de varias series juveniles. ¿Qué desafíos implica crear este tipo de contenido?

El primer desafío en todas estas series es no defraudar a la audiencia. La audiencia juvenil es muy leal, en un punto muy emocional y sigue a los actores de la historia. Es una audiencia que tiene una voz y una participación extremadamente activa, y eso hace que para mí sea un gran compromiso.

Por otro lado, al estar generando un contenido que es para “todo público”, hay muchas líneas de historias que uno no puede abordar, porque justamente la serie no sería para preadolescentes, se estaría más en un target de público de +16 o +18 y eso genera que la historia empiece a tener menos ingredientes que otras. Y para que la historia sea buena hay que poner muchísima más cabeza. Hay que darle más vuelta a la historia para no defraudar y que sean efectivas, porque este mismo público también ve series como Stranger Things o Tall Girl. Son series que tienen un rango de edad más alto, y entonces esperan un contenido mucho más sofisticado. Ese para mí es el primer desafío.

¿Cómo observa el momento que vive la industria audiovisual en la región?

Me parece que es un gran momento por varias razones. Porque las historias empezaron a sofisticarse y cada vez hay más necesidades narrativas. También porque hay más competencia con más jugadores en la industria, y eso hace que haya más trabajo, que se creen mejores profesionales y que uno se fortalezca porque necesariamente todos tenemos que estar actualizados, trabajando para que el contenido cada vez sea mejor, y eso para el espectador es un gran beneficio.

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