La plataforma de streaming Netflix va camino de cerrar en 2021 su año más ambicioso hasta la fecha en América Latina en términos de producción original. Y los frutos se empiezan a notar: el estreno de ¿Quién mató a Sara? en marzo se convirtió en uno de los más populares a nivel mundial surgido del equipo de Originals de LatAm. Y ahora la OTT va por más.
Sobre dicho éxito, la estrategia en producción original de la plataforma en la región y la guerra por el talento ante el aumento de la competencia, ttvOriginals dialogó con Francisco Ramos, VP de contenidos originales de Netflix para América Latina, en la siguiente entrevista.
Desde que Netflix comenzó con la producción local, América Latina ha tenido importantes éxitos internacionales, pero tal vez ninguno de la magnitud de ¿Quién mató a Sara? ¿LatAm encontró al fin su «La casa de papel» con esta serie?
La casa de papel es un fenómeno, pero cuando damos la voz a grandes creadores alrededor del mundo, los fenómenos se repiten cada vez más frecuentemente, como nos pasó con Lupin y con ¿Quién mató a Sara? El éxito global de ¿Quién mató a Sara?, es un acicate enorme para los creadores latinoamericanos, que ven al mundo como un mercado potencial y, además, nos confirma de nuevo que las grandes historias son universales. Queremos dar una plataforma global para que las historias latinoamericanos sean disfrutadas por personas en todo el mundo.
¿Le sorprende el éxito que ha tenido? ¿Esperaban algo así?
Sí, ya advertimos desde las primeras ediciones que teníamos algo especial, aunque si soy honesto nunca pensé que fuera a ser tan apabullante. ¿Quién mató a Sara? tiene todos los elementos: es la combinación perfecta de thriller y melodrama con un equipo excelente delante y detrás de cámaras. La recepción que vimos a nivel internacional nos mostró una vez más el poder de una historia auténtica sin importar el país de origen.
¿Cambian esas métricas planes a futuro sobre qué tipo de producciones encargar desde la región?
Creo que el éxito de ¿Quién Mató a Sara? confirma que nuestra estrategia va por el camino correcto y seguiremos con nuestros planes, apostando por historias locales con grandes talentos latinoamericanos como José Ignacio Valenzuela, con quien estamos trabajando en su nueva historia, Donde hubo fuego, y en la tercera temporada de ¿Quién mató a Sara?.
¿Con cuantas horas de producción original local cerrará Netflix el 2021? ¿Cómo se compara esa cifra con el 2020 y años anteriores?
El 2021 ha sido nuestro año más ambicioso en Latinoamérica hasta el momento en términos de inversión. No tengo una cifra de horas que compartir, pero te puedo dar el ejemplo en México donde anunciamos la inversión de 300 millones de dólares en más de 50 producciones originales, locales o globales, filmadas en México en 2021.
En ese sentido, ¿cómo proyectan el 2022? ¿Se seguirá aumentando la producción original local?
Seguiremos creciendo y expandiendo nuestra huella en la región.
¿Veremos en los próximos meses nuevos territorios con Netflix Originals?
En este momento, tenemos producciones en Argentina, México, Brasil, Colombia, Perú y Chile. Este año, se estrena Distancia de rescate, una película Netflix filmada en Chile de la directora peruana Claudia Llosa, basada en la novela homónima de la autora argentina Samanta Schweblin, quien coescribió el guión con Llosa. Y en abril de este año anunciamos 42 días en la oscuridad, la primera serie de Netflix en Chile. En Perú, este año anunciamos el inicio oficial de producción de la primera película peruana, una comedia romántica producida por Tondero que tiene lugar en las ciudades de Cusco, Puno y Paracas. Muy pronto esperamos anunciar más proyectos en Chile, Perú y Uruguay.
De los que vienen y se pueden comentar, ¿cuál o cuáles son los proyectos que más ilusión le hace actualmente?
En agosto tenemos programado el estreno de algunos títulos latinoamericanos que nos tienen muy entusiasmados. El 13 de agosto se estrena El reino, un thriller argentino de ocho episodios creado por Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro y protagonizado por Chino Darín, Nancy Dupláa, Joaquín Furriel, Peter Lanzani, Mercedes Morán y Diego Peretti. En México, tenemos una serie increíble creada y dirigida por Diego Luna, Todo va a estar bien. La serie sucede en la Ciudad de México y es una dramedia que reflexiona sobre la idea de familia y las relaciones en la actualidad. En Brasil, se estrena la película Diarios de intercambio, protagonizada por Larissa Manoela, Thati Lopes y Bruno Montaleone y el muy esperado documental João de Deus: Cura e Crime.
¿Cómo trabaja Netflix para poder escuchar a todos los creadores y productoras dada la alta demanda que existe por trabajar con Netflix?
Las ideas llegan a través de los miembros de nuestro equipo de contenido, quienes se dedican a la búsqueda y desarrollo de proyectos. Este equipo, basado aquí en Latinoamérica, cuenta con expertos en documentales, series, cine y muchos más y trabajan cerca de los mejores productores, guionistas, directores que están basados en diferentes países de Latinoamérica. El hecho de contar con oficinas locales en cada vez más países también nos acerca más a la comunidad creativa y nuestros miembros.
Ahora que la competencia ha aumentado considerablemente en el ecosistema de la producción premium original, ¿encuentran más difícil encontrar grandes historias o trabajar con el mejor talento? ¿Se está viviendo una «guerra» por el talento?
Durante los últimos años hemos podido construir relaciones excelentes con los mejores productores, creadores, guionistas y directores de Latinoamérica. De la mano de ellos hemos crecido hasta algo más de 38 millones de miembros en la región. Los vínculos que hemos construido con el talento, la experiencia que nuestros equipos han adquirido trabajando juntos y nuestro compromiso con la diversidad de miradas y puntos de vista, nos permite seguir llevando el mejor contenido latinoamericano a nuestros miembros. Estamos trabajando con un sinfín de guionistas, productores y directores muy talentosos y, a la vez, empezando a desarrollar nuevas voces, nuevos talentos, el futuro. Evidentemente no podemos negar que la competencia se multiplica, lo que por un lado nos obliga a ser mejores y por el otro nos comprueba que, en efecto, producir y programar contenido local es el camino.