En abril de 2019, Mediacrest surgía como un nuevo y prometedor nombre en el ecosistema audiovisual español. Francisco Pou creaba una productora dispuesta a desarrollar y producir contenidos de calidad de ficción, documental y entretenimiento.
En septiembre, la compañía incorporó a Pablo Barrera (Brigada Costa del Sol, Compañeros, Punta escarlata, Cuenta atrás) para liderar el área de Ficción, con un objetivo ambicioso: «Hacerse un hueco grande y muy de prisa en el contenido premium en España y el mundo».
En este año, el departamento fortaleció su equipo y actualmente tiene desarrollo 14 proyectos de ficción.
En diálogo con ttvOriginals durante la reciente edición física de Conecta Fiction -donde la productora anunció que producirá el thriller Demokracia-, Barrera repasa los planes de ficción de Mediacrest.
¿Cómo nace Mediacrest?
Mediacrest siempre se ha planteado para hacerse un hueco grande y muy de prisa en el contenido premium en España y el mundo. Es una iniciativa súper ambiciosa, de estar apostando en distintos terrenos del negocio audiovisual, con una pata en la tecnología y en la inteligencia, en el Big Data -a través de una alianza con Parrot Analytics-, para sustentar el contenido. Y con una intención, tanto en scripted como en non-scripted, de estar presentes con contenidos premium rápidamente.
Yo entro en un momento en el que ya se ha consolidado la parte de gestión empresarial y se necesitaba dar un empujón en el desarrollo de contenidos, apostando por una búsqueda de una línea editorial propia, con personalidad. Para eso teníamos que apostar al mismo tiempo por un equipo de desarrollo propio, y hemos hecho lo posible por formarlo en este último año, y poder levantar muy rápidamente proyectos de ficción con mucha personalidad.
¿Cuál es esa personalidad?
Nosotros hemos estado mirando tanto a contenido original propio como a la adaptación de obras literarias o contenido preexistente, siempre tratando de darle un baño propio.
Uno de los proyectos que hemos anunciado es la adaptación de Nada, que es un clásico del siglo XX en España, y que aunque ha tenido adaptaciones para cine a mediados del siglo XX, nunca había tenido una adaptación contemporánea. Es una novela muy moderna y merece tener una visión muy moderna.
Eso es un ejemplo de la matriz de lo que hacemos: buscar una visión puramente contemporánea de los contenidos, no hacer un estándar canónico de la ficción, sino buscar la diferencia en la narración y en el contenido, a través de la mezcla de géneros y la búsqueda de temáticas que no son muy comunes en España, que es lo que nos puede colocar mejor internacionalmente.
Y siempre con los personajes en el centro. Es lo que siempre decimos al arrancar: qué estamos contando de estas personas, independiente de que vayamos a explotar el mundo con una bomba nuclear. Nos importan los conflictos y las personalidades de las personas que están ahí, porque eso es lo que nos va a acercar al espectador de una manera más cercana.
¿Qué papel juega la coproducción internacional en la estrategia de Mediacrest?
Medicarest nace con vocación internacional desde el primer momento. Además, nace en un momento en que no es nada exótico el estar pensando en coproducciones internacionales y en una visión global.
Cuando fue el primer Conecta Fiction, que yo vine precisamente seleccionado con un proyecto de coproducción, plantearse eso era tan nuevo y diferente, que todos los que participaron aquel año lo cogieron con ilusión como sabiendo que estábamos enfrentándonos a un mundo nuevo. Es mundo ya está aquí.
Entonces, para cuando Mediacrest nace, el objetivo no es el de venderle a la cadena local. Hay un mundo muy grande y hay muchas posibilidades, que al mismo tiempo te generan más libertad.
Es un camino que cuesta mucho trabajo, hay que coger piecitas de aquí y allá, pero para nosotros es la apuesta fundamental.
¿Y América Latina?
Es el viaje más natural que nosotros podemos hacer. Durante este año, nuestra apuesta de desarrollos con eso ha sido muy directa. Tenemos dos proyectos en desarrollo con América Latina que verdaderamente nos apasionan y que son coproducciones muy naturales. No es una búsqueda de un partner para conseguir un beneficio adicional, sino que son historias que unen a América Latina con España. Lo raro es que no haya pasado antes.
En las coproducciones entre Latinoamérica y España se ven muchas series históricas. ¿Hay una dificultad para encontrar historias contemporáneas?
Los dos proyectos que tiene Mediacrest con América son actuales, con asuntos del día de hoy. Una está basada en hechos reales que sucedieron en noviembre del año pasado. Todos los días pasan cosas que nos unen.
Pero también me parece muy natural que haya muchos proyectos de época levantándose con América Latina. ¡Porque no se han hecho nunca! Nosotros no tenemos nuestras películas de vaqueros hechas. Y hay que hacerlas. Hay 500 años de historias de Far West que tenemos que hacer. Ahora hay unas posibilidades, una capacidad económica y técnica, y es el momento de hacer todas esas historias que llevan esperando muchos años. Que contemos nuestra propia visión de cómo ha sido nuestra Historia.