El colombiano Mauricio Leiva Cock es uno de los autores más interesantes del panorama latinoamericano actual de la ficción televisiva. Su firma aparece en reconocidas series premium, como Falco (Amazon), Tijuana (Netflix), Distrito salvaje (Netflix), Frontera verde (Netflix) y, recientemente, Ruido capital, la primera serie original de Movistar en Colombia, estrenada el pasado 16 de abril en toda la región.
En diálogo con ttvOriginals desde su casa en Bogotá, el socio fundador de Fidelio Films comparte algunas reflexiones acerca del desarrollo de ficción en la región.
¿Cómo surge el proyecto de Ruido capital?
La idea surge de las experiencias mías, de mi hermano y de mis mejores amigos en nuestra adolescencia. Es una serie muy biográfica, no palabra por palabra, pero sí en el feeling. Había escuchado que Movistar estaba planeando lanzar una serie original en Latinoamérica y con mi socio Juan Diego Villegas, que es el coproductor de la serie, empezamos a buscar los contactos.
Ya había trabajado con Netflix, había hecho las series colombianas Frontera verde y Distrito salvaje, pero queríamos ver cómo era trabajar con un cliente nuevo como Movistar, que estaban más abiertos a narrativas un poco menos comerciales. Nos acercamos a Joanna Lombardi en la oficina de Lima, Perú. Ella nos apoyó muchísimo. Joanna ha sido una abanderada del proyecto desde el inicio.
¿Cómo se definió el equipo de trabajo?
Desde el comienzo Joanna quería trabajar con extranjeros, contar la serie como más latinoamericana. En la escritura yo sabía con quién trabajar: Natalia Santa, que trabajó conmigo en Frontera verde y es una gran guionista colombiana; el colombiano Enrique Lozano, que vive en Argentina y escribió la película colombiana Virus tropical; y mi socio David Figueroa, que es mexicano, con quien he trabajado en muchos proyectos.
Pablo Stoll surge desde un comienzo porque su película 25 Watts es una referencia. Aunque Ruido capital es una serie dramática, queríamos que tuviera una levedad y un humor, y Pablo tiene un humor muy fino que yo quería impregnar en la serie. Y Ana Katz viene desde Joanna, porque estábamos buscando una directora y Ana sintió ese feeling conmigo y con la serie.
¿Cuál es la diferencia de trabajar con TV lineal y con plataformas de streaming?
Yo estaba terminando de rodar mi primera película [La noche de la bestia], que es sobre unos jóvenes que van a ver el primer concierto de Iron Maiden en Bogotá. Y cuando estábamos terminado de filmar, nos llega la oferta de Falco de Dynamo. Estaban buscando un jefe de escritores. Empezamos el proceso de Falco con Ernesto Contreras que fue el showrunner de esa serie. Y fue un más cercano a la TV abierta por la velocidad. Pero yo nunca trabajé para la TV abierta.
Después de Falco tuve la oportunidad de ir a un cuarto de escritores para Tijuana de Netflix. Luego pasé a las series de Netflix Frontera verde y Distrito salvaje, y luego vuelvo a entrar a Frontera verde como cocreador y escritor. Cada plataforma tiene su manera diferente de trabajar. La gran diferencia que surge en Latinoamérica es que los presupuestos versus los de EEUU son completamente distintos. Eso se ve muy reflejado en los desarrollos.
¿En qué sentido?
En nuestro caso, como Fidelio y como escritor, el desarrollo es lo más importante. Tratamos de meterle un desarrollo congruente, intentamos invertirle tiempo y recursos económicos para que las series premium sean premium. Los presupuestos en Latinoamérica todavía hacen que esos procesos sean más difíciles. En EEUU se pueden dar el lujo de estar seis meses en un cuarto de escritores pagando semanalmente a los escritores; eso en Latinoamérica no se puede, a no ser que sea una serie como Luis Miguel, que tiene un presupuesto mucho más alto.
Hoy los modelos de producción se parecen más al del cine. ¿Cuál es el modelo de Fidelio?
En Fidelio nos enfocamos mucho en el desarrollo. Hemos trabajado con Fábula, Dynamo, Story House, Polka, Netflix, Movistar. Lo que hemos tratado es hacernos un nicho de desarrollo, ser una empresa enfocada en buscar desarrollos, pero que también puede producir.
¿Qué sucede con los fondos públicos para la producción en Colombia?
En Colombia hay unos fondos públicos, pero con esto del Covid no sé cómo estará. El fondo de cine se ha visto afectado. Sí hay un buen esquema de canales públicos y del Ministerio de Tecnologías y Cultura para hacer convocatorias de proyectos para TV pública que tengan potencial para vender a la región. El año pasado producimos una serie [La mirada de los condenados] para Telepacífico, un canal en el Valle del Cauca. Se están arriesgando más que los otros…
¿Cómo observa el boom de las series de ficción en Latinoamérica?
A mí me encanta lo que está pasando en Latinoamérica. Sí creo que los canales deben tomar más riesgos. Me gustaría que las narrativas que tenemos para contar desde México hasta el sur tengan su espacio. A veces los canales buscan narrativas más tradicionales. Quizá están estancados en otro método. Creo que Movistar o Amazon han tomado más riesgos con narrativas que no sean pensadas solo para un público masivo, sino de buscar nichos. Y es ahí donde está el siguiente paso.
Está muy bien que estemos produciendo El presidente en Chile, La casa de las flores en México o Historia de un crimen en Colombia, que son series más populares. Pero nuestras narrativas permiten otro tipo de historias que los latinoamericanos estamos dispuestos a ver. La reacción de Ruido capital en Argentina ha sido muy positiva. Es un contexto local, pero con una experiencia universal. Y hacia allá me gusta empujar, que se abra esa puerta.
¿En qué ferias internacionales participa?
Estamos siempre en Natpe o MipCancun. Nunca fui a Conecta Fiction, y este año el plan era ir. Nos parece muy interesante, nos hablan muy bien. Yo le veo mucho valor. De todas maneras, creo que tiene que cambiar un poco el esquema de los mercados, porque como empresa independiente es muy difícil costear esos viajes, pero es por medio de esos viajes que se hacen los contactos.
¿Cómo fue la experiencia de estrenar Ruido capital en Berlín?
Nos presentamos en la Berlinale, entramos en el Series Market donde eligieron como 20 series del mundo. La sala se llenó y el público se conectó con la serie, en particular con los personajes porque se sienten bastante únicos. Para mí como escritor y jefe del proyecto fue muy bonito.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Ahorita estamos desarrollando varios, tanto en Fidelio como en otras empresas. Siempre tratando de explorar nuevas ideas. Me gustaría hacer otra serie en Colombia. Tengo un proyecto de terror, cocreado con mi socio David Figueroa que ganó un fondo de Tribeca [Film Institute]. Nos apoyan para hacer un teaser. Ahora Tribeca tiene un programa de series y un fondo para desarrollar como un cortometraje. Ese proyecto se llama Tenebris que ha participado en varios talleres en EEUU. Es una serie de terror en México.