En la siguiente entrevista con ttvnews, Begoña Esteban Montero, Directora de Ventas y Adquisiciones de TV Internacionales, realiza un repaso de las últimas novedades del catálogo de la distribuidora, que componen una oferta de contenidos que buscan aportar un valor agregado y conectar con audiencias en todo el mundo.
Especializada en la distribución de contenido animado y live-action para niños y adolescentes, Pink Parrot goza de una posición de privilegio en la industria audiovisual internacional, con varios años de experiencia en el negocio y una mirada femenina que sabe de primera mano la importancia e influencia del entretenimiento de calidad en el núcleo familiar.
Porque hoy en día, el contenido televisivo hace más que entretener, es una plataforma para educar, impartir valores, y conectar con audiencias que buscan sentirse representadas e interactuar con las historias, más allá de la pantalla.
«El contenido ya no será solo algo que se ve: será algo con lo que se interactúa, se comparte, se vive», resumió Begoña Esteban Montero, Directora de Ventas y Adquisiciones de TV Internacionales de Pink Parrot Media. «Los padres ya no buscan solo entretenimiento, sino propuestas que aporten algo más», agregó.
En la siguiente entrevista con ttvnews, la ejecutiva detalla la importancia de ofrecer contenidos que puedan expandirse mediante universos y narrativas que puedan convertirse en marcas; el valor agregado de tener contenidos que puedan educar y ayuden al desarrollo socio-emocional; y las últimas novedades de su catálogo para el mercado internacional.
¿Cuál es su visión actual sobre la industria de contenidos infantiles? ¿Cuáles cree que serán las principales tendencias en cuanto a géneros y producciones para 2025?
La industria audiovisual infantil lleva tiempo viviendo una profunda transformación, marcada por el cambio en los hábitos de consumo, la fragmentación de las audiencias y la presión por maximizar el rendimiento de cada producción. Las plataformas de streaming han introducido una lógica nueva: ya no se trata solo de emitir contenido, sino de construir universos narrativos sostenibles, donde cada título pueda expandirse, fidelizar y convertirse en marca.
En paralelo, los canales lineales -especialmente los públicos europeos- resisten con propuestas culturales, educativas y emocionalmente significativas, aunque con desafíos crecientes para captar la atención del espectador infantil, cada vez más digital, móvil y autónomo.
Grandes plataformas ha demostrado ser especialmente hábil en reducir riesgos mediante la adquisición y adaptación de IPs ya consolidadas. En lugar de desarrollar contenidos totalmente nuevos, apuesta por propiedades nacidas en YouTube o TikTok, que ya cuentan con millones de seguidores. Esto le permite asegurar un público inicial fiel y justificar la inversión. También desarrolla productos que nacen con vocación transmedia, comopensados no solo para ser vistos, sino también jugados, comentados y compartidos. Este enfoque convierte al contenido infantil en una experiencia más amplia y flexible, pero también más utilitaria: lo que no garantiza viralidad o engagement, rara vez se produce.
Otras por su parte, ha optado por reforzar sus franquicias con una estrategia de «estirar el universo», maximizando el retorno de sus marcas históricas. Se multiplica la producción de segundas, terceras y hasta cuartas temporadas de sus títulos Esta expansión de los mundos narrativos responde a una lógica de rentabilidad: las producciones son cada vez más caras, y amortizar un solo título exige que no sea un único contenido, sino una propiedad exportable a productos, eventos, y nuevas versiones.
En contraste, las televisiones públicas europeas siguen apostando por una programación con fuerte sentido cultural, educativo y representativo. Aunque pierden parte del público más digitalizado, conservan la confianza de las familias y siguen siendo esenciales para ciertos tramos de edad, especialmente el público preescolar. Sus contenidos suelen abordar temas sociales con sensibilidad —como la inclusión, la convivencia o el medioambiente—, en formatos accesibles y adaptados a los contextos locales.
Una tendencia común tanto en plataformas como en canales tradicionales es el crecimiento de la ficción juvenil en imagen real, que se expande a medida que la animación tradicional se vuelve más costosa y menos rentable frente a públicos que demandan identificación inmediata. Estas series, más emocionales y realistas, abordan temas contemporáneos como la amistad, la identidad, la salud mental o el medioambiente desde una mirada respetuosa y cercana. Aunque la animación no desaparece, se ve transformada hacia formatos más sofisticados y temáticamente ambiciosos, muchas veces coproducidos a nivel europeo.
¿Cuáles son los principales retos de producir contenidos infantiles en la actualidad? ¿Qué buscan a la hora de seleccionar proyectos para su catálogo?
Mirando hacia 2025, creo que se consolidarán ciertos géneros: la fantasía contemporánea, la ciencia ficción ligera, los contenidos con enfoque emocional y representativo (neurodivergencias, migración, diversidad familiar), y las narrativas que combinan lo educativo con lo lúdico. También crecerán los universos narrativos conectados entre plataformas, redes sociales y experiencias físicas (juegos, eventos, productos). El contenido ya no será solo algo que se ve: será algo con lo que se interactúa, se comparte, se vive.
¿Cuáles son los títulos estrella de su catálogo actual para el mercado internacional?
Acabamos de incorporar dos series de animación ya terminadas listas para ser emitidas:
My Brother the Monster (26 x 11’): es una serie que brilla con luz propia dentro del panorama actual de animación para niños y niñas de entre 6 y 8 años. Su gran diferencial está en su capacidad para equilibrar una comedia visual y física con un tratamiento emocional auténtico y lleno de matices, algo que muy pocas series logran en este segmento de edad.
El corazón de la historia es la relación entre Petunia, una niña decidida y generosa, y Mombou, una criatura adorablemente ansiosa llegada de otro planeta. Desde el primer encuentro en el patio trasero de Petunia, se establece una dinámica que va más allá del simple dúo cómico: se trata de una relación emocional profunda, donde la amistad, el cuidado mutuo y la empatía son los ejes centrales de cada aventura.
Uno de los grandes aciertos de la serie es cómo consigue convertir los pequeños conflictos cotidianos en grandes historias universales, siempre tratadas con mucho humor y ternura. Por ejemplo, en el episodio “My Way”, Mombou quiere hacer las cosas a su manera, buscando independencia, pero acaba hiriendo sin querer a Petunia, la persona que más quiere. Aquí no solo se aborda el deseo natural de crecer y tener autonomía, sino también las consecuencias emocionales que eso puede tener en quienes nos rodean. El mensaje se transmite sin moralismos, desde la identificación y el aprendizaje emocional, algo muy valioso para el público infantil.
La serie no solo entretiene, sino que también acompaña emocionalmente a su audiencia, ayudándoles a poner palabras —y risas— a sus emociones.
Además, la serie tiene un tono inclusivo y moderno, alejado de estereotipos, con una protagonista femenina fuerte, sensible y protectora. Es una historia de amor fraternal sin lazos de sangre, que celebra la diferencia y la adopción afectiva del otro como parte de la familia.
En resumen, esta serie destaca frente a otras propuestas de animación para 6-8 años por su autenticidad emocional, su humor inteligente, su ternura desbordante y su capacidad para enseñar sin aleccionar. Es una comedia con corazón, y eso la hace especial.
Go Fish + (26 x 11’): es una serie animada en 3D ideal para niños y niñas de 6 a 8 años. Llena de humor, aventuras y personajes entrañables, la historia sigue a Alex, un valiente pero inexperto pez loro que debe liderar la ciudad submarina de New Coralton. Junto a su grupo de amigos únicos y divertidos, enfrentan retos diarios que mezclan acción, amistad y lecciones de liderazgo, todo en un entorno colorido y dinámico.
La animación en 3D da vida a un océano vibrante, lleno de detalles visuales que capturan la imaginación del público infantil. Además de entretener, la serie tiene un enfoque eco-friendly y educativo, explorando temas como la cooperación, la empatía y el cuidado del medio ambiente marino. «Go Fish!» es perfecta para reír, aprender y sumergirse en un mundo tan fantástico como real
Go Fish + esta basada en una película de cine que Lionsgatel distribuyo en más de 120 países.
Por otro lado nos orgullece confirmar que hemos arrancado ya la producción de Butterly Academy, con la colaboración de TFO, CBC Radio Canada y RTBF.
A diferencia de las generaciones anteriores, que accedían a los contenidos únicamente en la televisión lineal, tener contenidos disponibles cuándo y dónde quieran es la norma para los niños de hoy. ¿Cómo cree que la evolución del streaming ha cambiado el negocio de la distribución de contenidos infantiles?
La evolución del streaming ha transformado profundamente la forma en que se distribuyen los contenidos infantiles. A diferencia de generaciones anteriores que dependían de la televisión lineal, los niños de hoy están acostumbrados a acceder a sus programas favoritos cuando y donde quieran.
Este cambio ha dado lugar a estrategias de distribución híbridas: por ejemplo, muchas cadenas estrenan los primeros episodios de una serie infantil en plataformas de streaming (como Netflix, YouTube o apps propias) para generar interés, y luego continúan su emisión en televisión lineal.
La distribución también se ha democratizado, dando espacio a producciones independientes que alcanzan audiencias globales. El contenido, además, se expande en experiencias transmedia: series que se convierten en videojuegos, apps educativas o productos interactivos. En definitiva, el streaming no solo ha cambiado cómo se distribuye el contenido infantil, sino cómo se descubre, se disfruta y se vive.
En este sentido, ¿con qué plataformas y territorios trabaja actualmente? ¿En qué regiones cree que hay mayor potencial de crecimiento de sus contenidos?
Trabajamos en muchos territorios y con muchas plataformas locales y globales. Confiamos en las plataformas que nacen con cariño y en las que se cuida mucho el contenido que incorporan, así por ejemplo tenemos mucho de nuestro contenido en Apps en Latinoamérica y Estados Unidos que están creciendo mucho y ya se han hecho con su hueco y están en momento de competir con las grandes.
¿Cómo ve la evolución de los contenidos infantiles y de las audiencias más jóvenes en los próximos años?
Creo que en los próximos años, los contenidos infantiles serán más interactivos y personalizados. Los niños ya no solo verán series, sino que querrán jugar con ellas, elegir sus finales o incluso crear sus propios personajes. Tendrán que ser historias que vivan en varios formatos: desde vídeos y videojuegos hasta apps y realidad aumentada.
Desde mi punto de vista, la tendencia de demanda de contenidos con valores: educativos, inclusivos, sostenibles y que ayuden al desarrollo emocional.
Los padres ya no buscan solo entretenimiento, sino propuestas que aporten algo más. Y aunque el streaming seguirá siendo fuerte, veremos más estrategias híbridas donde un estreno digital se use para atraer audiencia a la televisión o a eventos en vivo. El futuro de los contenidos infantiles será cada vez más conectado, creativo y pensado para una audiencia que ya no se conforma con solo mirar.