En la siguiente columna, Gustavo Grossmann, ex HBO Latin America, responsable en la actualidad de Grossmann Consulting & Associates; comparte su visión de la industria audiovisual regional y sus principales desafíos.

Hablar de desafíos en la región latinoamericana es tema de todos los días. Somos una región acostumbrada a los cambios y adaptaciones sin dejar atrás nuestras culturas e idiosincrasias. Esto no escapa a nuestra industria del entretenimiento, la ocual ha evolucionado y se adaptado a través de décadas, posicionándose como proveedora de contenido y creatividad.

En este sentido, considero que los principales desafíos en todas las áreas del sector tienen en común dos conceptos y acciones: colaboración e incorporación.

Todos los actores de este negocio en la región debemos colaborar para mantenerlo saludable, vigente y en crecimiento, aunque sea de manera lenta, pero sostenida.

¿Cómo podemos lograrlo? Incorporando en la creación de historias a ese nuevo demográfico de creadores de contenido que está en las redes sociales. Tanto programadores como distribuidores debemos de dar espacios para que esos formatos que hoy viven mayoritariamente en las redes puedan ser incorporados a las plataformas y canales (adecuando formatos), y así poder aumentar las inversiones publicitarias con mayor amplificación.

Hay que incorporar a las audiencias no fragmentarlas, y la única manera de hacerlo es invitándolos a ser productores, coproductores y/o proveedores de contenidos, con la libertad creativa que ellos exigen, pero con la visión a largo plazo que da la experiencia de los programadores en la región.

Ellos son la sangre nueva de la producción audiovisual y quizá, por siempre alinearnos a lo más seguro, dejamos pasar proyectos que son pivotes de cambio y evolución creativa. Por esto, democraticemos aún más las propuestas para ampliar el abanico de ofertas.

En cuanto a la tecnología, en Latinoamérica siempre hemos sido “consumidores” de lo creado en el exterior, pero hay que reconocer que hemos sido excelentes en aprovechar nuestras economías y bajos costos para ofrecer “servicios” asociados a las producciones.

La industria del doblaje y subtitulación ha crecido y las ofertas de postproducción también se han adaptado y posicionado en la industria global. Esto genera nuevos empleos y sobre todo da oportunidades a aquellos que tienen esas habilidades especiales para ofrecer estos servicios.

En este sentido, no veo imposible que la región puede convertirse en la “maquiladora” de servicios de edición y postproducción para mercados más allá del latinoamericano, y eso es una interesante fuente de empleo a distancia, como las nuevas generaciones demandan, y que puede ser constante y lucrativo.

En cuanto a la oferta de servicios por parte de los afiliados, operadores y DTH, estos si han invertido en sus redes y plataformas y no tienen nada que envidiar a ofertas en el resto del mundo. La tecnología al servicio del consumidor está alineada a la oferta internacional, y a fin de cuentas, ellos son los integradores naturales de todas las ofertas de entretenimiento, y además han ido incorporando sus propias ofertas de contenido bajo su propia marca de servicio.

Como pensamiento final, quiero decirles que la evolución de la industria y el análisis de data, nos han acostumbrado a la inmediatez de resultados y eso, a veces, juega en contra de la creatividad y del éxito. A las historias hay que darles su espacio para ser aceptadas, asimiladas e incorporadas a nuestro hábito de consumo.

El gran reto creativo de hoy es que ese “resultado” debe lograrse en tres horas o episodios, para así garantizar la continuidad de nuevas temporadas. Ese es el gran reto creativo y del negocio que afrontamos en estos momentos.

Por eso repito: invitemos a los creadores de hoy y utilicemos la experiencia de la industria para generar una relación ganar-ganar del negocio en los tiempos por venir.

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