Hernán Caffiero, ganador del Emmy Internacional con Una historia necesaria y responsable de la nueva sede chilena de BTF Media, dialoga con ttvOriginals sobre narrar historias con identidad, el rol de la mujer y la necesidad de atomizar procesos de producción en tiempos de pandemia.

A fines de abril, la productora BTF Media anunciaba la apertura de una nueva sede en Chile, que se sumaba a las que ya tiene en México, EEUU, Argentina y España.

Para dirigirla, la compañía liderada por Francisco Cordero y Ricardo Coeto se asoció con el director, productor y guionista chileno Hernán Caffiero.

Además de ganar un Emmy Internacional en 2018 con su serie Una historia necesaria -producida por su productora Tridi 3D Films y la Escuela de Cine de Chile-, Caffiero fue reconocido como Mejor director 2019 en la NACCC en New York, y en 2019 resultó ganador de dos premios del Fondo CNTV por sus dos nuevas series, Raza brava y Voces anónimas (working title), que ahora pasan a formar parte de BTF Chile.

ttvOriginals dialogó con el talentoso creador, para conocer más sobre este ambicioso proyecto y sobre los desafíos de la industria audiovisual chilena de hoy.

¿Cómo nace esta nueva sede de BTF Media en Chile?

El cruce con BTF Media ha sido de una forma súper orgánica y natural. Cuando partimos con esto, en Tridi prestábamos servicios de tecnología audiovisual, por necesidad. Los procesos de generación de contenidos son muy complejos, porque los riesgos son muy altos, entonces nosotros buscábamos hacer un mix entre el ingreso fijo de la prestación de servicios, para poder solventar lo que más nos gusta, que es hacer películas y series.

Pero hace unos cuatro o cinco años decidí dejar la prestación de servicios. Vendimos todos los equipos, que teníamos una inversión importantísima, y me dediqué exclusivamente a desarrollar proyectos de series. Y así generé una carpeta importante de proyectos, y el primero que hicimos fue Una historia necesaria, por el cual conseguimos un Emmy Internacional en 2018.

Hernán Caffiero y el equipo de Una historia necesaria con el International Emmy

Y el año pasado en Conecta Fiction hicimos un match con BTF Media, que nos permitió dar a conocer estos proyectos y esta necesidad que teníamos de contar historias con una identidad desde Chile para el mundo. Primero analizamos proyectos, Ricardo [Coeto] y Paco [Cordero] se interesaron en algunos de ellos, y como el interés creció, decidimos asociarnos no solo en proyectos, sino una forma de hacer una generación de contenidos permanente desde Chile para el mundo. Ese es el porqué de todo esto.

BTF se ha hecho un nombre con las biopics. ¿Qué tipos de proyectos vamos a ver desde la división chilena?

Mis proyectos están ligados a las historias reales. El año pasado con Tridi nos ganamos dos fondos CNTV, en las líneas serie de ficción [Voces anónimas] y serie histórica [Raza brava], que ahora pasan a estar dentro de BTF Media.

Creo que la identidad que podemos entregar a través de las series es riquísima. Sin embargo, somos conscientes de que la generación de contenidos tiene que ser más amplia, y tenemos también dramedias, comedias, dos docuseries… Queremos diversificarnos y poder cubrir las necesidades de los clientes y las majors.

¿De dónde surgen las historias y cómo las trabajan?

Nosotros creemos que los proyectos con identidad propia y que narran historias universales van a funcionar aquí y en la China. Partiendo de esa base es que la búsqueda de historias va hacia elementos que se hagan propios del espacio-tiempo donde las vamos a narrar. Mis últimos proyectos tienen que ver con eso.

Entendemos la lógica del mercado, pero también entendemos que lo que va a primar siempre es la calidad, más allá de los formatos y los géneros. Y la calidad no es solo de la idea, esa idea tiene que desarrollarse. Nosotros no somos realizadores de buscadores de internet; nosotros vamos a los lugares donde suceden los hechos, nos inyectamos de la realidad.

Por ejemplo, Raza brava es una historia sobre el mundo de la marginalidad juvenil del Chile durante los últimos años de dictadura y la postdictadura. Y lo que hacemos es ir a buscar esas historias populares que no están escritas en ningún lado pero se han ido contando de boca en boca. Para lograr plasmar esa realidad, esa identidad propia de un submundo, tenemos que ir a los barrios, a las villas, a las cárceles… a relacionarnos con las personas allá donde estén. Y no solo en el desarrollo, sino también en la preproducción: la idea es que los actores también se hagan parte de ese mundo. No creemos en los estereotipos ni en las caricaturas respecto a los personajes.

Las historias merecen y necesitan tener un vínculo que las haga propias, que podamos proyectar la identidad a partir de los diálogos, de los personajes, de los conflictos y del contexto histórico, político, social y cultural.

Trabajamos en la proyección de emociones, y los realizadores tenemos que sentir las emociones para poder plasmarlas y proyectarlas, si no se hace difícil y se cae muy fácilmente en lo plástico. El Emmy Internacional de Una historia necesaria tiene que ver con este ejercicio.

¿Vas a dirigir tú los proyectos?

Yo estoy a cargo de la oficina de BTF Chile, pero igual voy a hacerme cargo de algunos proyectos como showrunner. Hay otros en los cuales trabajaremos con otros directores.

Por ejemplo, el caso de Voces, que es un proyecto eminentemente de mujeres. Concebido desde el aporte a la generación de conciencia con los diferentes tipos de violencia machista que existe en la sociedad actual, sobre todo la sudamericana. Vamos a plasmar historias reales, narradas por mujeres y realizadas en su gran mayoría por mujeres. Queremos que las mujeres no solo llenen espacios de producción en los que históricamente han estado, como los departamentos de arte, producción, maquillaje… sino que estén en la dirección. Tendremos al menos un 75% de directoras y directoras de fotografía mujeres para los capítulos. Queremos manejar equipos donde la identidad sea plasmada por mujeres. Es un ejercicio súper necesario, y que podría ser extrapolable a otros proyectos.

Es además una gran oportunidad para generar nuevos talentos en el mundo audiovisual chileno.

¿Y cómo está ese mundo? ¿Qué ha supuesto la irrupción de las plataformas?

La generación de contenidos, respecto al talento que existe en Chile, se queda corta. La industria televisiva en Chile viene de capa caída. El talento local está pensando principalmente en mercados regionales e internacionales: ahí está el gran fuerte de quienes estamos generando contenidos en el país. Como en todos lados, las audiencias chilenas han dejado de ser tan fanáticas de la TV abierta y se han volcado a las plataformas. Y la proyección que tenemos nosotros como industria está en el mercado internacional. Ha sido validada por años en el cine, y ahora se está traspasando a la generación de series de ficción, y también de documentales.

El trabajo que se está haciendo a nivel gremial y gubernamental, de generar beneficios e inyectar recursos para proyectos de alto impacto que vienen del extranjero, va a marcar en los próximos meses una nueva forma de generar contenidos para plataformas y canales con una lógica mucho más atractiva.

Chile tiene talento artístico y técnico, pero también tiene probablemente la mayor y más variada cantidad de locaciones, que nos permite trabajar en una cordillera nevada y a las tres horas estar en una playa del océano, en el desierto más árido del mundo y al sur en las Torres del Paine.

La irrupción de las plataformas nos ha permitido generar proyectos desde la escritura y el desarrollo, y buscar otros mercados más atractivos en términos de volumen de audiencia.

Creo que el hecho de pensar contenidos desde Chile para Latinoamérica es la gran apuesta que tiene hoy por hoy la industria de generación de contenido premium chilena.

Están desarrollando la segunda temporada de Una historia necesaria. ¿En qué consistirá?

Estamos presentando el proyecto en este Conecta Fiction por primera vez. De alguna u otra forma, creo que esta serie va a generar un impacto bastante relevante, porque lo que hacemos es una posta de la primera temporada, metiéndonos con los temas de derechos humanos del contexto actual.

Desde el 18 de octubre de 2019, los chilenos hemos vivido un estallido social, un despertar. Hay hechos irrefutables, constatados por al menos cinco organizaciones internacionales de derechos humanos, que han diagnosticado una grave violación de derechos humanos de personas comunes y corrientes.

En la segunda temporada de Una historia necesaria vamos a dejar el formato short-form. Van a ser ocho capítulos pero presentados como una TV movie. La película Relatos salvajes es una referencia reconocible. Las distintas historias nos permiten contar en su globalidad lo sucedido en Chile bajo la óptica de lo humano.

¿Ya tienen pantalla o socios para el proyecto?

Todavía no, recién lo estamos presentando. Pero tenemos mucha gente interesada en que salga adelante y no creemos que será muy difícil vincular el proyecto a alguna plataforma, porque es probablemente la noticia más importante de Chile de este proceso en el último año.

Creemos que habiendo realizado Una historia necesaria estamos preparados, conocemos perfectamente la temática y el mundo. Somos la productora indicada para trabajar un tema tan complejo.

Y aún más, es un proyecto muy favorable para estos tiempos de pandemia, en términos de reducción de riesgo. Son ocho historias con personajes diferentes y podemos desarrollarlas incluso con crew diferente. Podemos atomizar los procesos de producción –un ejercicio que creo que va a ser muy recurrente en los próximos meses-, segmentando los equipos para cada historia, y si una persona se enferma no tenemos que parar el proyecto entero. Esto nos permite asegurar una estabilidad en el proceso de producción, algo añorado por hartos inversores en este momento.

Estamos ahora en proceso de desarrollo. Creemos que en septiembre podremos volver a retomar los procesos de producción.

En BTF Media, a nivel global, hemos estado trabajando en los diferentes protocolos para cada país. Al mismo tiempo, trabajamos en conjunto con los gremios, asociaciones y sindicatos de la industria local, para que a través de salud pública nos consoliden un protocolo que nos permita volver de la forma más segura posible para todos.

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