A seis meses de haber suspendido las grabaciones de sus ficciones, Caracol Televisión retomará en septiembre sus dos primeros proyectos: la tercera entrega de El cartel de los sapos y un especial de la comedia original de Netflix Chichipatos, previo a la ya anunciada segunda temporada.
En diálogo con ttvOriginals, Dago García, VP de Producción de Caracol Televisión, adelanta estos y otros nuevos proyectos de ficción en desarrollo, tanto para la pantalla local como para el mercado internacional.
¿Cómo se viene restableciendo la producción en Colombia?
Estamos en unas cuarentenas sectorizadas. Hay mucha incertidumbre con respecto a todo. Ahora nosotros vamos a retomar las grabaciones de dos proyectos en septiembre, uno que tuvimos que interrumpir y otro nuevo. Nos van a dar mucha idea de qué va a suceder hacia adelante.
¿Cuáles son estos proyectos que inician?
En este momento estamos en trabajo de desarrollos, aprovechando la cuarentena para concentrarnos en cosas que tenemos en línea de producción. Cuando estalló la crisis teníamos proyectos en desarrollo, preproducción, producción y postproducción.
Los trabajos de desarrollo y posproducción no se han visto afectados. En términos de producción tuvimos que interrumpir El cartel, proyecto que tenemos dentro de un acuerdo de precompra con Netflix. Llevamos aproximadamente un 70% de la producción ya lista. Ahora en septiembre retomamos con todas las medidas de seguridad. De hecho, hicimos algunas modificaciones del esquema de producción para trasladar algunas cosas a ambientes más manejables.
¿Cómo es esta tercera entrega?
Es una precuela de nuestra serie El cartel de los sapos, de la que ya hemos hecho dos temporadas de series de mediana duración. Cuenta el origen, de dónde surgió el cartel del Norte del Valle.
¿La historia ha sufrido modificaciones a causa de la pandemia?
No. La serie ya estaba escrita en su totalidad y producida en un 70%. Como no se graba en un orden sino de acuerdo a planes de producción, tenemos escenas de los últimos capítulos grabadas que establecen un compromiso. Lo que sí hemos hecho ha sido trasladarnos de locación a estudio. Hemos modificado algunas escenas donde había mucho contacto físico para respetar el distanciamiento social. En ciertos casos hemos reducido el número de personajes en escena. Se han tomado medidas de ese tipo. El grueso de la historia era imposible de modificar.
¿Cuál es el otro proyecto que inicia grabación?
Vamos a hacer un capítulo especial de Chichipatos previo a la segunda temporada, pero no puedo adelantar nada por temas de confidencialidad con Netflix.
¿Cuál es el status del proyecto de No llegaron solos, la serie histórica en coproducción con Powwow e Isla Audiovisual?
Ya estamos finalizando la etapa de desarrollo. Hemos escrito un teaser que en cuanto podamos queremos rodarlo para empezar a moverlo en el mercado internacional. Es una serie de gran presupuesto que no se ha contado. Los relatos y la historia oficial de la conquista de América, siempre han estado focalizados en los personajes masculinos y lo que la gente ignora es que a América llegaron más de 28.000 mujeres y, dentro de estas, mujeres que jugaron un papel muy importante.
¿Hay más proyectos internacionales en desarrollo?
Tenemos otro proyecto de serie premium con Netflix y otra con Amazon que también ya tiene luz verde. Estamos esperando que se normalice la situación. Y tenemos dos coproducciones también con Netflix que tienen que ver con íconos de la música latinoamericana.
¿Qué puede adelantar de estos proyectos?
Los originales de Netflix siempre son proyectos de entre 8 y 10 episodios por temporada. Los proyectos de precompra, que son tanto para nuestra pantalla como para la plataforma (estilo Pablo Escobar: el patrón del mal, Bolívar, La esclava blanca o Alias JJ) son normalmente de 60 horas. Pero ahora estamos trabajando en formatos intermedios, de entre 20 y 30 horas. Son dos proyectos de biopics sobre figuras muy importantes de la música de Latinoamérica.
En este sentido, Caracol cuenta con una línea de series basadas en la vida de artistas de la música popular…
Nos hemos dado cuenta de que nuestras producciones, cuando tienen involucrada a la música, nos funcionan bien en nuestra pantalla y viajan muy bien. Por ejemplo, La reina del Flow y ahora Amar y vivir, que está viajando muy bien.
¿Por allí va el plan de series internacionales de Caracol?
Por mandato de nuestra Junta Directiva desde hace unos seis años buscamos convertirnos en el primer proveedor de contenido para Latinoamérica y para el mercado anglo. De hecho, venimos desarrollando proyectos para ofrecer al mercado anglo.
Tenemos una estrategia de ser independientes. De que la economía de la empresa no dependa exclusivamente de la TV abierta. Sabemos que en Colombia tenemos todavía mucho tiempo para seguir explotando nuestra antena. Afortunadamente, venimos manejando un liderazgo desde hace ocho años que nos ha permitido tener un buen balance, pero queremos también vivir del mercado internacional. Tanto desde La Productora como de la mano de Lisette Osorio en Miami, estamos abocados a atacar el mercado.
¿La ficción sigue siendo viable en la TV abierta?
Por supuesto. Nosotros tenemos una estructura de parrilla en la cual combinamos entretenimiento y ficción. Normalmente empezamos el prime tiene después del noticiero con entretenimiento. Ya sea pagando licencias por formatos como La voz o Yo me llamo, pero también formatos musicales propios como A otro nivel o de aventuras como Desafío. Y formatos de humor como Festival internacional del humor o La vuelta al mundo en 80 risas.
Luego, a partir de las 9 hasta las 11 de la noche, tenemos nuestra barra de ficción. Tenemos lo que nosotros llamamos «producto ligero», entre las 9 y las 10; y algo más adulto de 10 a 11. Seguimos apostando duro a la ficción. De hecho, tenemos en línea de producción, para cuando la situación se normalice, cuatro proyectos listos para rodar, y en desarrollo de otros cuatro, dentro de los cuales hay algunos de precompra con Netflix.
¿Cuáles son estos proyectos de ficción?
Tenemos un proyecto histórico en la línea de Bolívar, La esclava blanca y La reina de Indias, que se llama Las Villamizar. Es un proyecto bastante ambicioso que combina aventuras con drama histórico. Una suerte de Los ángeles de Charlie, pero ubicado en las luchas de la independencia.
Estamos desarrollando un proyecto musical con un grupo muy popular que se llama Ventino. Un grupo de cuatro chicas que cantan pop y son la locura en las redes sociales. No es un biopic, pero sí es una historia con ellas sobre la conformación de una girl band.
Tenemos un proyecto que se llama El rastro, basado en un programa nuestro de crónica roja con casos muy impactantes. A partir de ahí construimos un dramatizado.
¿Cómo observa la evolución de la industria en la región?
Yo creo que estamos en un buen momento donde finalmente ha empezado a decantarse el panorama. Venimos de un momento un poco caótico. La tecnología digital avanza muy rápido, incluso más que el marco legal. Y creo que hemos empezado a encontrar sinergias.
Al principio nos miramos un poco con recelo, como competidores radicales y medio excluyentes. Y el público no establece ese compromiso de exclusión. La gente mira estas televisiones al mismo tiempo. Y en ese sentido, hemos empezado a asociarnos. Nos dimos cuenta de que la mejor estrategia de promoción de una serie que va a ir a una plataforma es su exposición en el mercado local y, a las plataformas les conviene que las producciones hayan tenido aire en su país de origen.
Tenemos casos como La reina del Flow, Bolívar, Pablo Escobar: el patrón del mal; e incluso con cosas que estamos repitiendo, como Pasión de gavilanes, que se convierten en un éxito en nuestra pantalla y luego también se convierten en éxito en la plataforma. Esas sinergias han aparecido también con ciertos canales de cable como HBO o Sony.
Estas ventanas están abriendo el contenido regional al mundo…
En eso ha sido importante la exposición en las plataformas globales como Amazon, Netflix, ahora Apple TV+ y en el futuro Disney+. La producción latinoamericana ha trascendido el circuito latinoamericano y se ha proyectado al mundo.
El último lanzamiento de una producción colombiana, El robo del siglo, de Dynamo, está en segundo lugar en España y como en quinto lugar dentro de las series más vistas en el mundo. Bolívar alcanzó una difusión global interesantísima. Las plataformas son muy celosas con los datos que dan, pero encontramos un indicador en Bolívar: tuvo un aumento exponencial de las vistas a su perfil en Google.
¿Un mensaje final para la industria latina?
Creo que el llamado es para que aprovechemos este tiempo para pensar mucho en la industria, en el contenido y en fortalecer todos los lazos que estamos estableciendo en esta situación. Si logramos caminar juntos y crear este tipo de asociaciones, en el momento que se normalice la situación, vamos a beneficiarnos todos.