La producción de Globo se presentará al mercado asiático en el Asia TV Forum Market.

Una saga familiar clásica en uno de los principales ecosistemas brasileños. Escrita hace 32 años por Benedito Ruy Barbosa, Pantanal recibió una versión actualizada por el nieto del autor, Bruno Luperi, y se convirtió en un éxito de público con nominaciones a premios internacionales. En Brasil, la telenovela Globo cruzó la pantalla y marcó tendencias.

Lanzada en el mercado internacional, fue licenciada para más de 100 territorios como Chile, Francia, Israel y México y actualmente se emite en SIC, de Portugal, y HRT, de Croacia.

Tras Natpe Budapest y Mipcom, la telenovela se presentará ahora al mercado asiático en el Asia TV Forum Market.

Con la calidad artística de Globo, Pantanal ya tiene reconocimiento internacional: se eligió mejor telenovela en los Premios Produ y fue finalista en los Premios Rose d’Or.

«Pantanal es un producto estratégico en nuestro portafolio, que traduce nuestra esencia de difundir la cultura brasileña, que lleva los bellos paisajes de esa región al mundo. La telenovela ha llegado a diferentes audiencias en Brasil y está llegando a otros países. También estamos muy contentos con este reconocimiento otorgado por los Premios Produ, ya que pone de relieve nuestra calidad, que es muy importante para el mercado internacional», afirma Angela Colla, head de Ventas Internacionales de Globo.

Con dirección artística de Rogério Gomes y Gustavo Fernández, Pantanal es una de las telenovelas más presentes en el imaginario brasileño, desde su primera exhibición hace más de tres décadas. El reparto de esta nueva versión incluye nombres como Marcos Palmeira, Juliana Paes, Murilo Benício, Dira Paes, Alanis Guillen, Jesuíta Barbosa, Bruna Linzmeyer, Renato Góes, entre otros.

«Pantanal rescata a los héroes. Zé Leôncio es un personaje que te inspira, que te hace creer que el mundo puede ser mejor, que hay gente correcta, digna. Aun así, comete sus errores. La telenovela también tiene ese carácter humano, que es lo que más me motiva, porque genera empatía. Nadie es perfecto. La posibilidad de enamorarse y odiar al protagonista y al antagonista es real», comenta el autor Bruno Luperi.

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