La serie documental es hoy junto con la ficción uno de los géneros audiovisuales más demandados gracias a la consolidación de los servicios de streaming y nuevas fórmulas narrativas que combinan realidad con técnicas de la ficción.

Si bien el documental es un género audiovisual altamente reconocido, lo cierto es que para las amplias audiencias ha sido un género, por lo general, menor.

Las pantallas de TV generalistas han sido históricamente reacias a darle un espacio preponderante en sus grillas de programación, siendo estos ubicados frecuentemente en horarios y días marginales.

Pero con la llegada y posterior consolidación de las plataformas de streaming el contenido ha encontrado al fin su sitio y, sobre todo, su fórmula con el hallazgo de la narración por episodios y técnicas más vinculadas a la ficción.

Efectivamente, las docuseries son ya un nuevo clásico del consumo OTT e Iberoamérica no es una excepción. El género, de hecho, está actualmente «explotando» en la región y todo indica que el fenómeno irá a más.

«El género documental ha ganado un terreno enorme gracias a las plataformas, porque son muy responsables de darle un lugar al contenido y una posibilidad al público y, en ese sentido, se genera la necesidad y satisfacción y algo que se retroalimenta y tiende a crecer», sostiene Luis Ara, fundador y director de Trailer Films, responsable de docuseries como Andes mágicos (Netflix).

En el caso de Netflix, en los últimos dos años ha estrenado muchos títulos vinculados al deporte, la música o la cultura pop, entre los que figuran: LA Originals, Maradona en Sinaloa, Fangio, Rompan todo: La historia del rock en América Latina, Rocanrol Cowboys, Pele o Héroes, silencio y rock and roll, entre otros.

Por su parte, Amazon Prime Video ha desarrollado una línea factual con deportistas y artistas como protagonistas, como es el caso El corazón de Sergio Ramos, La leyenda de Sergio Ramos, El niño de Medellín (sobre la vida del cantante colombiano J Balvin) o Chivas, el rebaño sagrado.

Disney+, en tanto, desarrolla varias producciones factuales para la marca National Geographic, entre las que figuran Sobrevolando, narrado por Fito Páez y Rodrigo Santoro; o el documental biográfico del brasileño Mauricio de Souza para la franquicia Bios, también de National Geographic; y que se suma a otras ya realizadas como la de los músicos Luis Alberto Spinetta y Charly García, entre otros.

Sobrevolando

«Creo que las plataformas han dado un impulso muy grande al documental en todo el mundo. Se está produciendo mucho documental. Me fascina que haya un apoyo y un público», destaca María del Puy Alvarado, fundadora de Malvalanda, coproductora de El agente topo (Netflix), nominado a los Premios Oscar 2021 como Mejor Documental.

«Yo creo que es el año del documental. El que no se hayan estrenado grandes producciones ha dejado que el documental encuentre su público. Después de la pandemia encontramos un público más cercano al documental y si a eso le unimos las plataformas que son mundiales, tal vez le vayamos dar su lugar en los próximos años», agrega.

Elena Vilardell, secretaria Técnica y Ejecutiva – Desarrollo de Series del Programa Ibermedia, confirma la prioridad que está ganando el género: «El documental está siendo muy bien puntuado por el Programa Ibermedia».

La avidez por las historias reales

Para Martín Parlato, CEO de Posibl., productora especializada en documentales de impacto social que ha colocado varios títulos en Flow tales como Libres de trabajo infantil, The Fighters, Unlabel o Crónicas de a pie; el documental es un género «en el que creímos en el inicio de la compañía». Y añade: «Estábamos convencidos de que las audiencias del futuro necesitarían una amplia dosis de realidad en los contenidos».

«La realidad es tan fuerte y dura, que nos interpela a todos. Hay una avidez muy grande por parte de las audiencias. El factual es un contenido que llegó para quedarse y que cada vez va a estará más presente», opinó Parlato.

Las temáticas hoy están muy definidas y se podrían enmarcar en bloques como el de la música, la política o el deporte. Un claro ejemplo es el proceso que llevó a Red Creek a producir la serie documental Rompan todo, la historia del rock en América Latina para Netflix.

Rompan todo

«Nos llamó Netflix con la idea de hacer algo en español. Venían de tener mucho éxito con unas series documentales y querían hacer una en español para Argentina o México. Le hicimos una contraoferta: por qué no hacemos algo que tuviera interés en toda Latinoamérica. Había que hacer música, deportes o política», explica Picky Talarico, director de la serie.

«Cuando se estrenó fue número uno en todos los países en las primeras semanas. Un proyecto en español, de América Latina, llegó a estar en el top 15 en todo el mundo», añade.

Un argumento que también confirma la buena salud que está alcanzando el género documental en la región es el de la línea que está produciendo la argentina Underground, que luego de su adquisición por parte de NBCUniversal Telemundo Enterprises, alista el desarrollo de unos 20 proyectos originales, entre los que figuran documentales, como es el caso de Baldomir.

«Tenemos una especie de división de documentales que se va a hacer con Francisco Pugliese, Sebastián Ortega y yo; bajo el ala de Telemundo. Son documentales más que nada sobre personajes. El próximo se llama Baldomir, y es sobre el boxeador Carlos Baldomir», comenta Brian Maya, productor y guionista del documental LA Originals, también de Underground, y estrenado por Netflix en 2020, siendo uno de los más vistos de la plataforma durante abril de ese año en EEUU.

En este sentido, y confirmando esta tendencia, vale destacar cómo las productoras independientes también comienzan a sumar a su line up de desarrollos originales a las docuseries, además de la ficción, como es el caso de Del Barrio Producciones de Perú o Jaque Content de Argentina.

La productora peruana, por ejemplo, tiene en desarrollo el documental Hatum Vilcabamba, que sigue a un grupo de arqueólogos a un complejo de ruinas descubierto hace un par de años en el Perú.

Jaque Content, por el otro, prepara En nombre del pueblo, una serie documental sobre comunicación política.

«A partir de eso, empezamos a desarrollar factual con esa misma premisa. Por un lado, trabajar con contenido que esté basado en la realidad, pero también ficcionado. La línea es acercar más realidad a las audiencias», destaca Paola Suárez, socia de Jaque Content, que está trabajando también en Masa madre, a filmarse en Europa y Latinoamérica, enfocada en la relación entre la mujer y la gastronomía; y Jaguares de la luz, sobre el rescate y preservación del jaguar, y que está siendo filmado en México y Brasil.

Historias reales pero contadas como ficción

«Las series documentales de investigación, como Making a Murderer, The Keepers y todas las que vinieron, lo que hacen es enfrentar una estructura narrativa muy cercana a la ficción», afirma Hernán Caffiero, director de BTF Media Chile, que acaba de finalizar El estallido, serie documental sobre la historia de Gustavo Gatica, joven estudiante de Psicología que perdió sus dos ojos tras recibir disparos por parte de la policía chilena en el marco de las movilizaciones sociales de octubre de 2019 en Chile.

«Para armar una curva dramática, la clave está en tener un conflicto y dosificar la entrega de información a medida que avanzan los capítulos, ir desvelándola de a poco. Eso nos permite mantener la atención del espectador hasta el siguiente episodio. Creo que ese es el gran hallazgo dentro del mundo documental», agregó.

Isabel Miquel, productora de Mega Media de Chile, especializada en la creación de docuficción, coincide: «La llegada de las plataformas de streaming ha permitido desarrollar un género donde se cuentan historias reales, pero con estructuras narrativas dramáticas que generan la entretención necesaria para que haya grandes audiencias».

«Es un momento que abre una gran oportunidad, porque las historias reales abundan y el saber contarlas bien, escribirlas bien, es todo un arte», agregó.

1994

Andrés Reymondes, CEO de Vice Media Group para América Latina y EEUU Hispano, añade que «si el contenido es interesante y mantiene la atención, no importa si es ficción o no».

Vice, justamente, ha sido una de las pioneras de las docuseries en América Latina con títulos como 1994 o Las tres muertes de Marisela Escobedo.

«Por suerte hay un paso fuerte en la creación de documentales; a veces muy reiterativo en cuanto a temáticas, pero hay un crecimiento. Lo bueno es que ahora hay espacio para hacerlo», asegura el ejecutivo.

Además, Reymondes destaca no solo la demanda por el factual, sino también la calidad con la que se está produciendo. «Antes en la TV los documentales estaban a la medianoche y eran sobre temáticas muy particulares, y hechos con retazos de imágenes que ya existían y una voz en off».

«Ahora hay gente que hace cosas increíbles. Creo que eso además habla bien de las audiencias. Si hay ciertos algoritmos que leen y dan que eso es necesario, es muy bueno. Hay gente que nunca vio documentales y ahora están viendo muchos. Algunos son más pop, más divertidos, otros con temáticas más fuertes», completa.

Bitnami