Dutch Filmworks: Holanda se suma a la fiesta de las series premium

Dutch Filmworks, compañía detrás de la exitosa serie Undercover, impulsa el crecimiento de Holanda en el mercado internacional de los dramas premium. Willem Pruijssers, su CEO, cuenta ttvnews su estrategia y novedades.

No hay dudas de que Holanda es uno de los mercados televisivos más fuertes e innovadores a nivel mundial, con éxitos internacionales como Big Brother o The Voice surgidos de sus pantallas locales.

Sin embargo, a nivel de series es cierto que el país sigue sin colocarse a la altura de otros mercados europeos como Suecia, Dinamarca, Francia o incluso Bélgica, país que ha sido capaz de imponer su propio sello de producción de dramas televisivos. Hasta ahora.

Es que Holanda atraviesa actualmente un proceso de transformación de su industria de producción de dramas televisivos, con mayores presupuestos y un foco en el mercado internacional. Y detrás de este proceso aparecen compañías como Dutch Filmworks, que con fuertes inversiones y una búsqueda activa de historias locales fuertes comienza a penetrar barreras que hasta hace poco parecían inimaginables.

El mejor ejemplo es sin dudas la coproducción Bélgica-Holanda Undercover, que demostró que había apetito en el mercado internacional por producciones de este tipo.

Undercover

«Nosotros somos la compañía que llevó Undercover a Netflix, que la transmitió a nivel mundial fuera de Bélgica, Alemania y Francia», comentó a ttvnews Willem Pruijssers, CEO de Dutch Filmworks.

«Actualmente estamos produciendo la segunda temporada, que se verá también por Netflix», agregó.

Fue precisamente esta serie la que hizo ver a Pruijssers y su compañía el potencial de las series holandesas, dado su éxito en todo el mundo y, particularmente, en territorios como América Latina, España o Italia.

«Cuando vimos los primeros resultados de la serie nos dimos cuenta que nos iba a abrir finalmente las puertas de nuestro mercado», recordó.

«Hace tiempo que vemos cómo las producciones de América Latina y España funcionan fuera de fronteras. Y ahora vemos que nosotros desde Holanda podemos también llevar nuestras historias de crímenes a todo el mundo, especialmente a través de las plataformas», agregó.

Es así que tras Undercover, Dutch Filmworks, que solía ser una compañía de distribución de títulos internacionales dentro de Benelux, aceleró su proceso de reconvertirse en una productora de series con atractivo internacional.

Subiendo la vara

«Nuestra compañía existe hace 22 años. Estamos basados en Holanda y lo que hicimos durante muchos años era adquirir productos en mercados como Mipcom y venderlos localmente en Benelux. Pero desde hace un par de años comenzamos a invertir en producciones locales para venderlas en el mercado internacional», explicó.

«Tradicionalmente las series en Holanda eran solo pensadas para el mercado local. Pero gracias a la globalización y la aparición de fondos blandos, junto con nuestras propias inversiones, hemos logrado mejorar las producciones locales y llevarlas a estándares internacionales», explicó Pruijssers.

Si antes el coste de un episodio solía rondar los 250.000-275.000 euros, Dutch Filmworks ha logrado elevar los presupuestos a los 650.000 euros por capítulo.

«Actualmente estamos coproduciendo varios productos, colaborando con productoras locales de nuestro territorio. En estos años hemos logrado construir un portfolio bastante amplio de dramas, animaciones y series documentales», agregó.

Dentro de su línea de dramas, el ejecutivo destacó las series Women of the Night y Stanley, ambas thrillers que muestran al mundo el submundo del crimen en Holanda.

Women of the Night

La primera se estrenará en Holanda a finales de este mes y retrata el mundo del tráfico de drogas y la prostitución VIP. «Es una serie ambientada en Ámsterdam y muy sexy, con atractivo internacional pero con el sello holandés», detalló.

«Stanley es una historia real. Está basada en la vida de Stanley Hillis, un famoso criminal holandés. La serie comienza en los años ’70 y termina en 2011 con su asesinato. Se trata de una historia única ya que Stanley Hillis lideró el tráfico de drogas blandas en Europa con el consentimiento del propio Gobierno de Holanda», agregó.

Stanley

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