Picky Talarico, director de la serie original de seis episodios producida por Red Creek, detalla a ttvnews parte de su proceso de desarrollo y realización, además de adelantar nuevos proyectos de originales.
Dirigida por Picky Talarico, y con la producción ejecutiva de Nicolás Entel y Gustavo Santaolalla (ganador de dos premios Oscar), Rompan todo: La historia del rock en América Latina, es una serie documental de seis episodios que narra la historia de este género musical en la región.
El proyecto, producido por Red Creek, explora también cómo los conflictos sociales y políticos influenciaron discos y canciones en México, Argentina, Chile, Colombia, Uruguay, Perú y el resto del continente.
La serie cuenta con material de archivo, más de 150 temas musicales y entrevistas a los músicos más destacados de la región como Soda Stereo, Café Tacvba, Charly García, Los Prisioneros, El Tri, Los Fabulosos Cadillacs, Andrés Calamaro, Molotov, Mon Laferte, Aterciopelados y Fito Páez, entre muchos otros.
En diálogo con ttvnews, Picky Talarico detalla parte del proceso de desarrollo y realización del seriado, además de adelantar nuevos proyectos originales.
¿Cómo surge la idea del proyecto?
En enero fue tres años. Nos llamó Netflix con la idea de hacer algo en español. Venían de tener mucho éxito con unas series documentales que habían hecho y querían hacer una serie documental en español para Argentina o México. Le hicimos una contraoferta: por qué no hacemos algo que tuviera interés en toda Latinoamérica. Había que hacer música, deportes o política.
Empezamos a rebotar ideas con ellos y al final nos decidimos por la música y, dentro de la música, el rock, que es algo con lo que Nicolás Entel, el showrunner, y yo habíamos crecido y nos era muy personal.
Con esa idea empezamos a trabajar. Estuvimos todo el 2018 trabajando con el tratamiento, hablando con muchísimos periodistas, fotógrafos, diseñadores gráficos; toda gente que tenía años en el rock. Gente que podía dar una visión. Leímos todas las biografías que encontramos de todas las estrellas del rock, pero sobre todo tratando de descubrir cuál es la historia que queríamos contar, porque obviamente contar toda la historia del rock en Latinoamérica es imposible; por lo menos en seis episodios.
¿Cómo se armó el equipo para el desarrollo?
Entre Nicolás Entel y el guionista Nicolás Gueilbur, que viene del mundo del documental. Sobre el tratamiento que había hecho Nico Entel, me senté con Nicolas Gueilburt, que es quien entiende de estructura y se hizo como un hilo narrativo. ¿Dónde nace el rock? Ya tenés una pregunta que te abre mil respuestas. Porque no hay un nacimiento. Nosotros ponemos a Ritchie Valens, pero hay gente que había grabado antes. Lo que hizo Ritchie Valens fue tomar una canción tradicional mexicana como La bamba y ponerla en ritmo de rock and roll. Era algo nuevo y que marcó una influencia. Es como un camino de influencias, una especie de árbol genealógico y surcarlo hacia atrás.
En febrero de 2019 se hace un Writers Room donde estábamos todos. Los periodistas Claudio Kleiman de Argentina, Enrique Blanc de México y Manuel Buscalia en Argentina -periodista de la Rolling Stone que fue quien consiguió casi todas las entrevistas-, y Gustavo Santaolalla que ya a esa altura lo habíamos invitado a ser productor ejecutivo. Fueron cinco días adentro de una sala en los que hubo mucho grito, porque el rock es muy personal y pasional. Con eso salimos a filmar con una idea de guion en la mano. El 1 de abril de 2019 estábamos en Uruguay arrancando con las entrevistas. Tuvimos casi 100 entrevistas en 9 países. De hecho no llegamos a las 100 entrevistas por la pandemia. Yo estaba en Buenos Aires y me estaba yendo al aeropuerto para ir a entrevistar a Sabo Romo de Caifanes. Me llamaron de Netflix para decirnos que estaban cancelando todas las producciones a nivel internacional; así que me faltó esa entrevista fundamental. Y me quedaron algunas mujeres afuera que me hubiera encantado entrevistar.
¿Cómo se coordinó la realización?
El proceso fue complejo, muy divertido e interesante. El hecho de tener a estas personas que han tenido vidas tan extraordinarias, gente que ha vivido muchas vidas en una y, que esa gente se siente dos horas a compartirlo, es alucinante. Yo me siento bendecido.
¿Las entrevistas se hicieron con un equipo reducido?
No tan reducido como la gente piensa. Para un documental era grande. Por lo general, viajamos la productora Andrea Cipelli, el director de fotografía y yo. Después se contrataba mucho equipo local. Trataba de huir de la luz de la entrevista, quería que todos los lugares se vieran como si fuera luz natural y, para que parezca luz natural es una movida bastante grande, porque implica mucha luz. Entonces el equipo ha llegado a ser de 12 personas.
¿Cómo fue el cronograma de rodaje?
Estuvimos una semana en Uruguay, dos semanas en Argentina y dos semanas en México. Ahí paramos, revimos el guion y hablamos con los editores que ya se habían sumado. Después siguió una semana en España, una en Colombia y una en Chile; otra vez dos semanas en México y en Argentina. Creo que fueron como 60 semanas; una locura. De septiembre de 2019 a marzo de 2020.
¿Cómo fue el proceso de postproducción? ¿De qué manera afectó la pandemia?
La edición ya había empezado. Gran parte se hizo in situ y después con la pandemia se hizo remoto, lo cual tiene una complejidad técnica, porque hay que sacar todo el material de la casa de post -estamos hablando de miles de horas de material- a la casa de los editores y coordinadores de post. También destacó el trabajo increíble de la gente que hizo archivo. Tal vez un trabajo de los más especulares que tiene le proyecto. Gente con un nivel de devoción, que cuando les dicen que tal material no existe o no se puede licenciar, se salen de los caminos oficiales para poder conseguirlos.
Pero, sobre todo, lo difícil que se hace la edición, porque cuando estas sentado en la isla en edición con el editor pasa algo, que por Zoom es más complicado, pero así y todo, siento que logramos hacer lo que queríamos hacer.
¿Cuándo se entregó el documental a Netflix?
Esa fecha fue variando. Tenía que ser en julio y pasó para agosto. La historia se corta en julio y ahí vino todo el tema legal: conseguir las licencias, los derechos, el material de archivo en alta. Es una locura de abogados y cartas. Yo creo que hasta ahora están firmando papeles.
No hay forma de explicar el nivel de locura de un proyecto de este tamaño. Sobre todo, porque creo en Latinoamérica no se había hecho nunca antes a este nivel. Nadie tenía la experiencia de cómo se hacía. Muchas cosas fuimos aprendiéndolas a medida que las hacíamos. Así que terminamos de cerrar un mes antes, que es una locura, porque por lo general se terminan de hacer los subtítulos y la parte legal, pero Netflix es el mejor socio con el que podés soñar.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar junto a Netflix?
No tengo palabras para describirlos. Son compañeros, socios, responden inmediatamente. Tienen un equipo gigante para todo lo que se ocurra. Está la gente de producción, posproducción y creativa, que son los que miran todo y hablás horas sobre estructura y sobre cómo estás contando la historia. Inclusive, dos días después de la pandemia, ya tenían un site de cómo manejar las cosas en pandemia. Netflix es el mejor socio, sin mencionar que el documental sale en 190 territorios con subtítulos en 29 idiomas. La entrega fue tarde, pero queríamos salir en 2020.
Cuando se estrenó el documental fue primero en todos los países en las primeras semanas. Un proyecto en español, de América latina, llegó a estar [el top] 15 en todo el mundo. Siento que la misión está cumplida.
¿Qué proyectos tiene Red Creek para 2021?
Tenemos oficinas en EEUU, Argentina y Costa Rica y filiales en otros países. Hace años que nos dedicamos a cosas muy variadas, desde publicidad, muchos videos clips, visuales para conciertos de opera… Pero ya hace un tiempo que estamos muy metidos en hacer proyectos de long form, documentales y ficción. Nico Entel escribió la serie Narcos vs. zombis para Amazon que está ya para salir. Estamos trabajando en un proyecto gigante de una banda americana y otros más. Yo estoy trabajando en una comedia para México, un largo para EEUU y otro para Brasil.
¿Una serie de comedia?
Sí, es una comedia seriada. Estamos escribiéndola. Ya tenemos el talento attached y, de a poquito estamos hablando con las plataformas. Yo creo que el documental abrió muchas puertas. Antes no entendía la relación entre documental y ficción y, ahora entiendo que las plataformas o productores lo que miran es que, si hace un proyecto de seis horas filmado en 9 países, entonces es gente que sabe que puede llegar a buen puerto.
¿Cómo observas la industria en la actualidad?
La salida de todos los streamers para nosotros como productores es lo mejor que puede pasar. Los procesos son mucho más simples. Antes llegar a un HBO era todo un proceso de presentación a un board. Ahora uno habla directamente con los directores de contenido que son los que toman las decisiones. Hay un diálogo más directo y, siento que eso le hace mucho bien a la industria. Se empiezan a caer esas estructuras que eran tan sólidas y donde todo era más difícil en el proceso. Hoy creo que cualquiera con un buen proyecto tiene acceso a estas plataformas.