Con los recientes estrenos de El presidente y La jauría, la productora chilena entró por la puerta grande al terreno de la televisión premium. Un camino que parece recién haber comenzado.
Fabula necesita pocas presentaciones. La trayectoria cinematográfica de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín ha llevado a Chile a otro nivel en el panorama internacional, gracias a películas como No, El club, Neruda, Jackie o Una mujer fantástica, ganadora del Oscar a mejor película extranjera en 2018.
Sin embargo, en los últimos meses han visto la luz en Amazon Prime Video sus dos primeras series premium de televisión, El presidente y La jauría, fruto de un proyecto nacido en la productora en 2015 y que fue mutando y creciendo en estos años.
Juan de Dios Larraín, socio fundador de Fabula y productor ejecutivo de las series, dialogó con ttvnews sobre la actualidad de la compañía, el peso de la televisión y las expectativas con La jauría.
Estos últimos han sido meses especialmente activos para Fabula, ¿cómo se viven desde dentro?
La verdad es que hemos tenido un back-to-back: primero el estreno de El presidente, después el de Nadie sabe que estoy aquí y el de Homemade en Netflix, y ahora el de La jauría en Amazon.
Han sido dos meses de cosecha. Excepto Homemade, que fue un proyecto de emergencia, los otros tres son proyectos en los cuales hemos venido trabajando por muchos años. Y cuando llega el momento de la cosecha es especialmente emocionante, más aún cuando se han cerrado en situaciones tan complejas como las que vive el mundo hoy día.
Antes de la pandemia estaban a punto de abrir oficinas de Fábula en México. ¿Qué los lleva a apostar por ese país?
Nosotros tenemos una oficina en Los Ángeles, que funciona hace casi tres años y está ya más afianzada. Estamos a punto de lanzar nuestro primeros proyectos, vamos a estar filmando probablemente dos películas a principios del próximo año.
Y México es un mercado que está ubicado estratégicamente, con mucha gente que está creciendo y que está lleno de oportunidades. Chile tiene una población pequeña, por lo tanto, la cantidad de contenido que puede financiar el país por la cantidad de suscriptores es también limitada. Así que México es un un lugar donde hay que estar. Es un lugar complejo, difícil, pero también nos fascina México, somos grandes admiradores de ese país desde hace mucho tiempo.
¿Funcionará con equipo y talento local?
Es una oficina que va a tener independencia, alas propias. Una mezcla entre chilenos, mexicanos, gringos… la idea es armar un proyecto bastante multicultural y cosmopolita, pero siempre desde México y con mucho mexicano. Porque allí tenemos que aprender más que enseñar.
Fabula lanzó su división de TV hace unos cinco años. ¿Qué peso tiene ahora el área en la productora?
Cuando partimos haciendo televisión, estábamos bastante más enfocados en la televisión local en Chile. Y de a poco nos fuimos acomodando a la penetración de Netflix y de Amazon en las pantallas locales, cuando todavía no había ningún contenido local chileno. Nosotros fuimos los primeros en armar esos productos.
Ha sido un crecimiento muy veloz que ha ido cambiando la industria, y cambiando en nosotros la forma en que hacemos televisión. Nosotros antes no hacíamos televisión, luego hacíamos muy poca, y hoy día la mitad de lo que hacemos es televisión.
En 2019 cerraron un first-look deal con Fremantle. ¿Qué les aporta como socios estratégicos?
Fremantle tiene tres cosas importantes para nosotros. La primera, tiene una fuerza de venta en todo el mundo, son capaces de poner La jauría en todo el globo en muy poco tiempo.
Segundo, son muy buenos socios desde el punto del creativo, porque aportan con comentarios a qué proyecto hacer y qué no, y con notas en los guiones, con el casting, con el armado de los capítulos, con los cortes finales…
Y, luego, nosotros en Los Ángeles y en México estamos dentro de las oficinas de Fremantle. Somos un apéndice, compartimos el café. Entonces también en nuestra casa, físicamente es nuestro housing.
Así que esos tres elementos hacen que sean unos súper socios.
Han anunciado junto con Fremantle la próxima serie Talitha Kum. ¿Qué tienen en común los proyectos por los que deciden apostar?
Son proyectos que intentan tener un impacto cultural. A nosotros nos cuesta hacer entretención por entretención. Tenemos proyectos que hablan de la Iglesia con un caso de trata de blancas, o sobre la pobreza en México, o sobre cómo trataban a las mujeres en los años 80 -tenemos un proyecto específico bastante avanzado sobre ese tema-: todos los proyectos tratan de reunir la entretención y aspectos culturales que tengan algún impacto, que generen alguna conversación. Si no, nos aburrimos.
Por eso siempre nos ha costado mucho hacer comedia. A mí me encanta ver comedia, pero es muy difícil hacerla. Porque la mala comedia es terror, y el mal terror es comedia.
¿Qué ventajas les aporta tanta experiencia en el cine para producir series de televisión?
Nosotros venimos del cine y no había televisión a esta escala hasta hace algunos años. Entonces, cuando hacemos La jauría, tenemos que aprender a filmar en menos días, pero la manera en que hacemos el approach de un proyecto como La jauría es desde el cine. Y ojalá que se note cuando la gente vea la serie.
En los proyectos de Fabula hay una clara apuesta por showrunners. ¿Por qué Lucía Puenzo para La jauría?
Hace tiempo con Lucía nos veníamos intentando juntarnos para hacer cine. Y cuando entramos a La jauría necesitábamos una mujer que tuviera harto oficio. Y en Chile hay grandes directoras mujeres, pero nadie que viniera del mundo de la televisión o con el oficio suficiente para poder generar una confianza en el financista.
Teníamos que armar una estructura de proyecto que tuviera los componentes necesarios para decir: Fabula nunca ha hecho televisión este tipo, pero tiene el oficio del cine, y va a hacer La jauría con estos talentos. Y ahí surge el nombre de Lucía y todos decimos inmediatamente «sí». Porque hemos visto todos su trabajo, la conocemos desde hace tiempo, también conocemos a Nicolás, habíamos visto La historia oficial, que ganó el Oscar en el 86, que la hizo Luis Puenzo… es gente que tiene el cine en el ADN. Así que fue un match.
¿Por qué crees que La jauría puede viajar bien?
Para viajar hay que ser muy bueno. Creo que esa es la única regla. Tiene que ser una buena historia, bien actuada, da lo mismo el acento. Y yo creo que la historia de La jauría es muy atractiva, está bien hecha, es intrigante, está bien filmada… Si va a viajar o no, no lo sé. Pero creo que tiene los elementos para llegar muy lejos y generar buena conversación.
¿Qué expectativas tienen con la serie?
Nos gustaría, primero, generar conversación. Nosotros no somos un Tribunal de Justicia, tampoco somos periodistas. No queremos cambiar el mundo, si cambia el mundo como consecuencia, genial, pero no es una causa. Solo ponemos nuestras ideas ahí, y a ver si tienen resonancia.
Y lo otro, ojalá que el mercado responda de tal manera, que Chile tenga más posibilidades de que se hagan más series y se genere más trabajo para darle potencia y tiraje a la industria nacional.
Esas son las dos variables importantes: uno, que a la serie le vaya bien, que vuele, que genere conversación y se vea; y dos, darle potencia a la industria.