Andrés Reymondes, CEO de Vice Media Group para Latinoamérica y EEUU Hispano, detalla a ttvnews la estrategia de producción audiovisual original, entre las que figura -además de docuseries-, las ficciones basadas en hechos reales Border Republic y La misa del diablo.
A lo largo de los últimos años, Vice Media Group ha venido unificando su estrategia de expansión en Latinoamérica, tanto a nivel corporativo como en sus alianzas y relaciones con socios, marcas y, claro, audiencias.
En diálogo con ttvnews, Andrés Reymondes, CEO de Vice Media Group para América Latina y EEUU Hispano, detalla parte de esta nueva identidad corporativa, así como los planes de desarrollo y codesarrollo de proyectos audiovisuales locales para terceros, entre los que figuran clientes como Netflix, entre otros.
¿Cómo llega Vice a Latinoamérica?
Empezamos a trabajar como medio con una revista. Ese fue el origen de Vice y siempre hubo un trabajo de búsqueda de una identidad periodística. En Latinoamérica en particular empezamos a trabajar hace unos diez años a través de franquicias. Por mucho tiempo, además de la oficina de New York, en México, Argentina y Brasil, que fueron los tres primeros países.
Y en este sentido, la relación con la audiencia es muy cercana, de alguna manera con un lenguaje irreverente que parece una conversación de amigos, con temáticas muy relevantes a través de personajes. La parte audiovisual comenzó con el empuje de Spike Jonze y, eso se transformó en otros medios, como el lenguaje más reconocido de Vice y, con el tiempo se fue mejorando en calidad e historias.
¿Cómo fue traducir esa cultura a una estructura con identidad latina?
En 2008 empezamos a trabajar en la unificación interna de Vice en español. Conectamos los equipos de España con Latinoamérica y el resultado fue muy positivo. Hubo mucho crecimiento, logramos un equipo de gente muy profesional y multicultural. Asimismo, generamos un show de TV en España y otros contenidos. Por ese entonces, ordenamos las franquicias que pasaron a ser parte de una sola estructura y en 2010 empezamos a trabajar como una empresa con una plataforma única. Eso fue muy beneficioso. Nos dimos cuenta que el contenido viaja muy bien, de la mano de la globalización y las redes sociales.
¿Cuál es el portfolio actual de Vice en la región?
En 2012 empezamos a darnos cuenta que algunas temáticas tenían su vida propia, como es el caso del deporte o la salud y empezamos a abrir verticales en ese sentido. Se crearon muchas líneas editoriales como Noisey, que es la plataforma de música. Y, por otro lado, desarrollando el vínculo con instituciones o marcas, empezando a trabajar en la creación de branded content y producciones Vice que tenían mucho appeal con las marcas y con un soporte muy audiovisual. También empezamos a trabajar todo lo que es audio, podcast y más. Y otra línea de negocio es la de Vice Visual Studio.
¿Cómo trabaja Vice Studios?
Se empezó un poco de forma desordenada en distintos lugares. En España teníamos un show de TV y en Los Ángeles se ofrecía contenido largo para terceros. HBO fue el primer cliente grande que tuvimos y luego con la aparición de las OTTs empezamos a trabajar mucho con plataformas como Netflix. Vice Studios es una estructura súper pequeña que está presente hoy en Los Ángeles, México, Miami, UK e India; siempre viendo esos assets que puedan ser interesantes para terceros.
¿Cuál es la estrategia de desarrollo audiovisual en la región?
Lo que nos empujó es que había mucha avidez de contenido en español. Lo mismo sucedió con las plataformas OTT. Vimos esa oportunidad y en 2016 empezamos a ver cómo trabajar con Netflix y otras plataformas. Lo primero que hicimos grande fue 1994, una pieza que hablaba de la historia de México y de ese año: todo lo que pasó con el comandante Marcos, el asesinato de Colosio. Fue el año del «efecto tequila», que pegó en toda la región. Empezamos con esa miniserie. A Netflix le gustó. Y fue lo más visto en México de ese año.
También hicimos un documental sobre Marisela Escobedo que sufrió una situación muy injusta en México. Las tres muertes de Marisela Escobedo también fue número uno en México el año pasado. Esas son las dos representaciones más fuertes de Vice en Latinoamérica. También hemos trabajado para FOX o NatGeo. La idea es tener una voz latinoamericana que tenga como objetivo el impacto. Ese tipo de búsqueda fue lo que nos planteamos al principio y llegar a otras audiencias que quizá no llegan a nuestro medio digital. Para nosotros es súper importante que represente lo que pasa en la región, que despierte ciertas conciencias.
¿Qué proyectos audiovisuales tiene Vice en la actualidad?
Agregamos la parte de desarrollo de ficción. Tenemos dos proyectos que están tomando volumen. Los dos proyectos tienen una pata muy fuerte en la realidad. Uno de ellos empezó como una investigación nuestra que terminó en la mesa de Mediapro, con quienes trabajamos muchísimo y juntos creamos este proyecto que se llama por ahora Border Republic, y que sucede en la frontera de México y EEUU, que es un territorio en sí mismo.
Por otro lado, empezamos a trabajar en otro proyecto que se llama La misa del diablo, que está basado en un hecho real que sucedió en Argentina. Ya hay interés. Pero hay cuestiones de talento que estamos definiendo, ya que intentamos dar con el talento adecuado, que quizá no sea tan reconocible y eso hace que sea una búsqueda bastante ardua, pero nos falta muy poquito, de hecho, una sola persona.
Esos dos proyectos creo que son los más importantes del año, junto con otros dos más para Netflix que están en producción.
¿Qué puede adelantar de estos dos proyectos para Netflix?
Nuestro ADN va en la línea documental, que es lo que desarrollamos 24/7, que tiene que ver con proyectos más ligeros, y no por eso más fáciles. En este caso, tiene que ver con la gastronomía y el lifestyle; otro tipo de nivel, pero manteniendo el ADN de Vice, y que tiene que ver con contar lo que sucede en la realidad.
¿Cómo definiría específicamente ese ADN en cuanto al storytelling?
Tiene que ver con entrar en personajes que representan una historia más grande. La forma de investigar nuestra además es de bajo perfil hasta que sale algo que sorprende. Uno de los íconos de Vice News fue cuando entramos en contacto con ISIS. El equipo de periodistas de Vice en New York entró en ISIS para mostrarlo de adentro y eso fue muy impactante a nivel mundial y como una línea muy característica de Vice: periodismo inmersivo, no nos guardamos nada y, no tomamos una posición marcada.
Y, ¿cómo ve ese florecimiento de historias locales?
Yo creo que no por casualidad está pasando esto de que cada vez hay más contenido en español. Algo sucedió con la literatura latinoamericana en su momento. Hay situaciones, temáticas, injusticias; y esto nos pasa desde siempre. Está bueno representar eso. Ese es uno de los motivos por los que vine a Latinoamérica. Hay mucho para hacer y documentar.
¿Cuál es el plan para 2021?
Para mí es muy importante la unificación de la estructura de Vice en Latinoamérica. Borrar los limites fue nuestro objetivo. Una llamada de un proyecto en México es con gente de todos lados. Entonces, el 2021 va a ser consolidar eso e intentar reproducir lo de Latinoamérica en otros territorios como Europa y Asia. Creo que eso termina siendo el nacimiento de una nueva cultura compuesta de una sensibilidad multicultural.
También hay una cuestión natural que viene pasando, donde hay una búsqueda de ida y vuelta, de hacer asociaciones con medios y creadores, porque solo no se puede. Creo que hay una democratización bestial y eso es algo súper positivo. Creo que ahí hay una oportunidad muy grande.