La telco anunció un nuevo plan de acción el cual contempla desvincular sus operaciones en Hispanoamérica y enfocar su negocio en los mercados de España, Brasil, Reino Unido y Alemania.
El consejo de administración de Telefónica ha aprobado este miércoles 27 de noviembre un nuevo plan de acción («5 decisiones clave que marcarán una nueva época para la compañía»), por el cual enfocará su negocio en los países más estratégicos para la compañía: España, Brasil, Reino Unido y Alemania.
«Nuestras operaciones en Hispanoamérica eran hasta hace unos años el motor de crecimiento de la compañía. Sin embargo, las condiciones particulares en estos mercados han impactado en la evolución de nuestros negocios, mermando su contribución en los últimos años por distintos motivos (entorno macro y regulatorio, mayor presión competitiva, una escala insuficiente o la volatilidad de las divisas), a pesar de los enormes esfuerzos de los equipos locales, que siempre han mostrado un fuerte compromiso», sostiene José María Álvarez-Pallete, CEO de Telefónica, en una carta divulgada este miércoles 27 de noviembre.
«Esta situación nos ha llevado a adoptar un nuevo modelo para estas operaciones, que pasan a gestionarse como una unidad autónoma con un equipo dedicado», prosigue.
«Con este paso, ponemos en marcha la revisión de nuestro portafolio de activos en Hispanoamérica con el doble objetivo de modular nuestra exposición a la región, al tiempo que se crean las condiciones para maximizar su valor, tanto vía crecimiento, como consolidación y posibles operaciones corporativas», añade.
Asimismo, la telco se desprenderá de su negocio operativo en Hispanoamérica y creará nuevas filiales, Telefónica Tech y Telefónica Infra; además de una redefinición del centro corporativo.
Con la implantación de estas medidas, la telco presidida por José María Álvarez Pallete espera obtener unos ingresos adicionales de 2.000 millones de euros e incrementar en dos puntos porcentuales el flujo de caja operativo en 2022.
Bajo esta nueva estrategia, Telefónica España aprueba una nueva organización reforzando las funciones de María Jesús Almanzor, consejera delegada de Telefónica España, aumentando así su responsabilidad sobre los ingresos y recursos de la compañía.