La productora de series como Gigantes y películas como Ocho apellidos vascos adquirió los derechos de adaptación audiovisual de la novela de Manuel Ríos San Martín para convertirla en una serie de ocho episodios.
La productora española LaZona Producciones tiene un nuevo proyecto de serie en marcha, después de incursionar con éxito con Gigantes para Movistar+, y tener en producción Libertad, otra ficción original de la plataforma.
Ahora, LaZona adquirió los derechos de adaptación de La huella del mal (Planeta, 2019), novela del escritor, guionista, director y productor ejecutivo Manuel Ríos San Martín, quien reveló la noticia en sus redes sociales.
Ya puedo anunciar que se han vendido los derechos audiovisuales de mi novela @LaHuellaDelMal a la productora @LAZONAcine y estamos trabajando en la adaptación.
Más info aquíhttps://t.co/aabQeFfn4a pic.twitter.com/jH2GNDdzI9
— Manuel Ríos San Martín (@mriossanmartin) June 30, 2020
«La huella del mal nos atrajo por su fuerza visual, ideal para acometer una adaptación a la pantalla que atrape al espectador como lo hace la novela al lector», comentó Jaime Ortiz, productor ejecutivo en LaZona.
La idea es convertir la historia, un thriller ambientado en Atapuerca (localidad de Burgos, España), en una serie de ocho episodios.
«No es lo mismo un medio que el otro. Aunque la novela pueda parecer muy cinematográfica, el medio televisivo exige otro planteamiento y otro ritmo, y da la oportunidad de desarrollar más alguno de los personajes secundarios, como los jóvenes que trabajan en la excavación y viven obsesionados por la prehistoria», dijo por su parte Ríos San Martín, que será guionista de la serie junto con Victoria Dal Vera.
Si bien todavía es pronto para saber dónde se emitirá la serie, el autor aseguró que «ya ha habido varias cadenas que se han interesado en el proyecto, tanto de pago como en abierto».
Sinopsis
En una visita escolar a Atapuerca, un estudiante de 14 años descubre que una de las reproducciones que imitan los enterramientos prehistóricos es, en realidad, el cuerpo sin vida de una chica. La joven ha sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un homicidio ocurrido años atrás en otro yacimiento.
Demasiados detalles recuerdan al caso anterior, por lo que el juez reúne a los policías que se encargaron entonces: la inspectora Silvia Guzmán y Daniel Velarde, un expolicía dedicado ahora a la seguridad privada. Pero nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación que tuvo mucho que ver con la truncada resolución del caso. Ahora tienen que colaborar y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida abierta en su pasado.