“La gran oportunidad es crear un mercado latinoamericano de talento”

Marcelo Cabrol, gerente del Sector Social del Banco Interamericano de Desarrollo, adelanta a ttvnews el estudio “Detrás de cámaras: la creatividad e inversión para América Latina y el Caribe”, realizado en alianza con Netflix y que será presentado a través de un webinar el 1 de septiembre.

Previo a la pandemia, la industria audiovisual en América Latina y el Caribe generó 1,6 millones de puestos de trabajo y unos US$ 5.700 millones de inversión.

Estas son algunas de las cifras que arroja el estudio “Detrás de cámaras: la creatividad e inversión para América Latina y el Caribe. Aprendizajes de una conversación con voces claves del sector audiovisual”, parte de una alianza entre Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Netflix, que será presentado este miércoles 1 de septiembre en un webinar del que participarán varios actores de la industria audiovisual latinoamericana.

El estudio repasa el estado presente del sector audiovisual en la región en el contexto del auge en la demanda propiciado por el streaming y las crecientes industrias nacionales.

También incorpora una encuesta con 417 productores que indaga las habilidades técnicas “above and below the line” y del siglo XXI más demandadas para el desarrollo del sector audiovisual en nuestros países.

El estudio se presenta en el marco del programa de la “Coalición de Habilidades del Siglo XXI”.

En diálogo con ttvnews, Marcelo Cabrol, gerente del Sector Social del BID, adelanta algunos aspectos clave del estudio, la relevancia de la industria audiovisual para generar empleos y desarrollar la economía en América Latina y el Caribe, entre otros temas de relevancia.

¿Cómo surge la alianza del BID y Netflix para este estudio?

Cada vez que hablamos de las habilidades del siglo XXI, o de las habilidades que nuestros chicos tendrían que tener en este siglo, siempre empezamos con una que antes no resonaba mucho y que es el tema de la innovación y la creatividad. Intuíamos que el trabajo en equipo tenía un valor, que la capacidad y el empatizar tenían un valor y, de hecho, eso estaba en los currículos. Pero lo que siempre estaba más atrasado o menos obvio era la importancia de la creatividad y la innovación.

Con la Coalición comenzamos una alianza para que nuestros sistemas educativos duren toda la vida. Esta coalición necesariamente tiene que ser algo del sector público y privado, porque el sector privado no solo define qué tipo de habilidades necesita, sino que tiene un interés intrínseco en que haya una actualización constante de esas habilidades. Hoy en la Coalición hay 45 socios de distintas industrias.

Con Netflix tuvimos la suerte de poder empezar con algo que era importante para nosotros y que era una línea de base en los sectores audiovisuales. Esto junta la necesidad de Netflix de tener talento para poder nutrir a su industria y la necesidad del BID de encontrar más socios en el lado de la economía creativa. Entonces nos decidimos empezar por entender qué dice la gente que trabaja en esta industria.

En ese sentido, surge el estudio que se va a presentar el próximo 1 de septiembre…

Firmamos con Netflix para empezar a ponerle números a la situación y a las potenciales soluciones. Hablamos con 400 productores de la región sobre las habilidades técnicas y audiovisuales, y un 58% consideró que en la región no tenemos el talento con las capacidades técnicas necesarias para trabajar en las nuevas producciones.

Aclaro: no es que no tenemos el talento, porque reconocemos que América Latina es una de las regiones con una capacidad de creatividad de las más grandes del mundo, con un talento adecuado a esas capacidades. Lo que no tenemos son las capacidades necesarias para dar el siguiente paso.

Después trabajamos con 100 directores y productores ejecutivos a los que les preguntamos cuáles eran los principales retos y las principales oportunidades, siempre viéndolo desde el punto de vista de los recursos humanos.

¿Qué aportaron los entrevistados y cuál es el diagnóstico del estudio?

Los principales retos que identificaron es que no se ven cursos y opciones de capacitación adecuados en las instituciones educativas que hoy están trabajando. Esto se puede reconocerse en la región. Cuando uno va a trabajar a las escuelas y a los institutos que dan formación técnica, e incluso universitaria, uno se da cuenta de que las opciones de capacitación en estas áreas son casi inexistentes. No hay maestros para esto. No hay currículo y el contenido es muy pobre. Los directores de capacitación tienen que empezar a trabajar en esto. Los organismos dedicados a la formación y generación de empleo se están perdiendo una oportunidad.

El segundo punto es un tema más de política pública en cuanto a la cadena de valor. Los Estados en América Latina no han tomado todavía las potencialidades de la economía creativa. No hay inversión para la circulación de contenidos, pero tampoco hay inversión dedicada a la creación de capacidades y a la creación de puestos de trabajo. Y eso la mayoría de los Estados que tiene estas industrias creativas adelantadas no lo han hecho sin el apoyo del sector público. No es para subsidiarlas todo el tiempo sino para dale una base de salida.

¿Y qué oportunidades tiene el sector audiovisual en la región?

La primera es que tenemos la oportunidad de crear algo de lo que se ha hablado mucho, pero que es difícil hacer, y que es crear un gran mercado latinoamericano de talento. Un gran mercado que debe tener una lógica de integración horizontal y vertical, pero también cierta homogeneidad en cuanto a las capacidades de los respectivos países de meterse en estos mercados para tener una ganancia. Donde vemos una oportunidad es que podemos trabajar sobre todo con la creación y distribución de contenidos y empezar un gran mercado latinoamericano que fortalecería a las pymes, que hoy trabajan muchas en la industria audiovisual, pero que también crearía nuevas y las sostendría.

Lo segundo es ir un poco más profundamente en qué diferencia a América Latina en cuanto a talentos. Somos una de las regiones más talentosas. Pero ese talento, según lo que dicen los directores, está fundamentalmente potenciado por la gran diversidad que esta región tiene. Y tenemos la oportunidad de apalancar mucho más la diversidad. Ahí queremos trabajar con Netflix y la Coalición.

Teniendo este diagnóstico del sector audiovisual en la región, ¿cuáles son las recomendaciones del BID para con los Estados de la región?

El BID empezó a trabajar hace unos siete años con una pequeña publicación que hablaba de la economía naranja y que tuvo una llegada muy grande en la industria creativa de América Latina. Esto movió la aguja de la política pública, pero todavía falta mucho para evangelizar.

Para muchos la inversión pública en economía naranja es elitista. Hay amplia evidencia de que tiene externalidades positivas muy grandes y que, si se hace de forma inclusiva, crea valor económico entre aquellos que tiene menos educación, menos acceso al mercado laboral y por ende menos ingresos. Entonces lo primero para el Banco es seguir evangelizando y mostrar cómo han trabajado otros países más adelantados.

Y más cerca en el tiempo, es a pesar y especialmente por la pandemia. Por ejemplo, el sector audiovisual en América Latina y el Caribe en 2019, prepandemia, creó más de 1,6 millones de puestos de trabajo y alrededor de 5.700 millones de dólares de inversión.

Entonces, teniendo en cuenta estos números, si en América Latina se han perdido en el área formal 14 millones de puestos de trabajo y si podemos poner el motor de la economía creativa a funcionar, podríamos recuperar más del 10% de los trabajos. Entonces el BID va a estar trabajando mucho en este tema que es la creación de más y mejores trabajos en la industria audiovisual.

Un dato importante es que, como se sabe, algunos trabajos en el futuro van a desaparecer y otros van a aparecer. En este sentido, en el estudio todos los consultados predicen que en la industria audiovisual va a ver una mayor demanda y no una menor demanda. Aparentemente la industria audiovisual va a ser resiliente e incluso va a florecer en cuanto a trabajos del futuro. No hay muchas industrias que puedan decir esto.

Pero también el BID tiene otro norte. En la cadena de suministro de Netflix, muchas de las compañías que crean las series, los contenidos, el marketing y la comunicación para las series; son pymes que no superan los cinco trabajadores, pero producen trabajos de buena calidad. Entonces el tercer tema del Banco no es solo crear empleos, sino ayudar a los Estados a que tengan un foco especial en las pymes. Queremos que las pymes audiovisuales tengan un tratamiento adecuado para poder sostenerlas.

¿Y en este sentido qué rol tendrá el BID?

Desde el BID vamos a tratar de que nuestras inversiones en las áreas de formación y capacitación tengan en cuenta que haya una adecuación curricular, maestros capacitados y la inversión mínima necesaria para que se pueda dar el desarrollo de estos talentos y de estas capacidades. Porque estamos pensando competir no solo a nivel regional sino a nivel mundial. Pensamos que Netflix es la punta del iceberg de lo que estamos trabajando.

Y también queremos desarrollo de contenido para el sector de la educación. El edutainment que es la creación de contenidos educativos adaptados a nuestra realidad, historia, geografía y también a las formas particulares que nuestros maestros y chicos tienen en cada país de la región. Y acá el sector público y privado deben trabajar juntos, si no, no vamos a tener educación híbrida. Y aunque muchos se nieguen ese es el futuro. El uso de tecnología en el área de los video juegos, que no es solamente la educativa sino también para otros trabajos como el área de salud. La industria del videojuego tiene muchas oportunidades en América Latina.

¿Qué expectativas tiene el BID?

Entendemos la complejidad institucional del sector. Nos pasa con muchos temas emergentes. La industria audiovisual todavía tiene un reto grande que es quién le pone el cascabel al gato. Quién está a cargo institucionalmente de asegurarse que las políticas estén, que los presupuestos estén alineados, que la gente exista y, que las conversaciones con el sector privado funcionen de una manera consistente.

Creemos que tiene que haber no necesariamente una inversión millonaria de parte del Estado, pero sí una inversión estratégica. Y para eso tiene que haber gente capacitada e instituciones que estén alienadas. Esto lo hemos aprendido de Gran Bretaña, Estados Unidos, Australia; de todos los lugares donde hemos estado viendo que la industria creativa crea valor, hay una institución ágil que está manejando esto y que tiene continuidad. Porque la continuidad es clave. Sin continuidad de políticas, Netflix viene hoy y mañana se va.

¿Cómo será el webinar del 1 de septiembre?

En este evento de lanzamiento del estudio, participarán varios referentes de la industria audiovisual en la región, como es el caso de Francisco Ramos, VP de Contenidos de Netflix para América Latina; Diego Olabarría que es coautor del estudio; Pablo Conde, del Festival de Mar del Plata; y las productoras Laura Goldenberg y Aida del Solar. Va a ser el típico panel de industrias culturales con una duración aproximada de una hora.

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