Los formatos de entretenimiento se consolidan como una opción que fideliza audiencias, tanto en Free TV como en Pay TV y ahora en los servicios de streaming. La búsqueda de nuevos modelos de negocio y de alianzas para la creación de hubs de producción, parecería delinear el momentum y el rumbo del segmento en América Latina.
No cabe duda de que el unscripted, y en particular, los formatos de entretenimiento, en la actualidad viven una “era dorada”, gracias a la conjunción de diversos factores.
Con la evolución de la industria televisiva, la explosión y consolidación de las plataformas de streaming, los cambios en los hábitos de consumo de las audiencias, las fluctuaciones de las economías y, por ende, de la inversión publicitaria, así como los cambios culturales que han traído las redes sociales, y la relevancia de la actualidad en las conversaciones; parecería que la telerrealidad se ha solidificado.
El fenómeno inició en la década del 90, primero en la TV abierta con shows icónicos como Big Brother, luego traspasó hacia la TV paga, y ahora las plataformas streaming se apropian del formato televisivo -primero con shows terminados y ahora con producciones originales a la medida, como por ejemplo El heredero: la dinastía del freestyle (Star+) o La ley de la selva (Netflix)-, como parte de la estrategia de retener a sus audiencias -sean en SVOD o AVOD-, y ya no solo a través de series exclusivas.
Y así, el círculo virtuoso del unscripted prosigue, retornando con fuerza al Free TV, con nuevas versiones de grandes eventos televisivos como Survivor, Got Talent, o el ya mencionado, Big Brother, tanto a nivel global como en América Latina.
“Los formatos de entretenimiento están viviendo un momento brillante; no solamente recuperaron su lugar en la televisión de aire, sino que también empezaron a hacerse un lugar en la oferta de las plataformas digitales, algo impensado sólo algunos años atrás”, sostiene a ttvnews Coty Cagliolo, directora de Producción en América Latina de Fremantle.
Este momento “brillante” trae consigo el regreso de los realities y de los game shows a la TV de aire y en la entrada de los formatos de competencia y relaciones en las nuevas plataformas.
“Uno de mis principales retos es entender el momento de la industria, entender muy bien el momento de nuestros clientes. Entender la revolución que hay en este momento, y entender muy bien que necesidades que tienen los diferentes clientes: qué les gusta, qué les funciona, qué quieren. Y con esos elementos en la cabeza poderles ofrecer lo que creemos que les puede interesar”, explica Frank Scheuermann, VP sénior y director de Unscripted de Endemol Shine Boomdog, propiedad de Banijay Rights.
Y en este sentido, ¿qué ha cambiado? “La programación. El presupuesto. Los capítulos. No entendía cómo el presupuesto de mercadeo de un programa era más grande que el de producción. Después los streamers, que están en evolución. Es increíble como una marca como HBO Max decidió hacer entretenimiento”, reflexiona el ejecutivo.
En el caso del Pay TV, networks como Canal Sony han logrado excelentes resultados con shows unscripted, como el reality show de negocios Shark Tank, que cuenta con varias versiones en países de América Latina, como por ejemplo en México, donde ya va por su octava temporada.
“Estamos muy contentos con esta nueva temporada”, comenta Ana Bond, Managing Director y VPS de Producción Internacional para América Latina de Sony Pictures Television. “Es una temporada de mucha innovación con grandes cambios en el programa, empezando por un nuevo set después de siete temporadas, con un estilo muy minimalista, moderno”, destaca.
Esta tendencia además ha provocado que productores que hasta ahora se habían especializado en producir series de ficción, comiencen a explorar el desarrollo de proyectos de unscripted en América Latina, como es el caso de Dopamine, productora mexicana propiedad del Grupo Salinas, que ya se encuentra trabajando en varias ideas, entre las que figura el formato La rueda de la suerte, entre otros.
“Hace dos años que montamos una unidad de entretenimiento, porque como creadores y productores es un terreno creativo para la exploración e innovación. Y también porque desde la perspectiva de empresa nos permite la diversificación de la producción, tan importante en coyunturas críticas para la industria como la que vivimos en la actualidad, en la que el scripted, o son proyectos muy largos o restringidos, y el unscripted nos permite balancear nuestra contabilidad”, comenta Fidela Navarro, CEO de Dopamine.
“Tenemos ya un catálogo de dieciocho papers. Tres de ellos ya han sido seleccionados en concursos internacionales. Estamos haciendo La rueda de la suerte para TV Azteca. Hemos hecho el daiting 40 no es nada para HBO Max, pero sin duda hay mucho camino por delante y un gran reto”, aclara.
¿Su visión del negocio? “Por un lado, es difícil que las televisoras abiertas apuesten por papers. Estamos viendo una tendencia contraria, hacia la garantía, seguridad o comodidad de las opciones internacionales de siempre, más clásicas. Y también estamos viendo que las plataformas han ido lentas a la hora de establecer y ejecutar una estrategia de unscripted para poder competir entre ellas y contra la TV abierta. Es un terreno que sin duda para mi va a ir in crescendo, que requiere también estructuras y profesionales muy especializados, y una inversión de tiempo y dinero, pero que es una apuesta a futuro”.
Otro caso es el de broadcasters, que más allá de la seguridad que ofrece el track record de los big shows internacionales, arriesgan con ideas propias, como es el caso de Latina Televisión de Perú y su cooking show El gran chef: famosos.
“El cambio que queremos darle a Latina es un cambio unificado: ser una marca comprometida con la generación de contenidos familiares, de entretenimiento, de información, pero contenidos con valor. Las audiencias agradecen que las acompañes, que las entretengas, pero hoy quieren más, quieren que ese entretenimiento venga con datos útiles, que las ayudes y orientes. Están ávidas de información vital”, dice César Pereira, Gerente de Marketing de Latina Televisión.
“Hoy Latina crea contenidos con valor, programas como El gran chef, que son de entretenimiento familiar, siempre van a tener un distintivo, que es entregarles a las familias peruanas contenido de utilidad. Es un programa lindo, familiar, con mucha información útil sobre la comida, las tendencias, cómo cocinar algo rico, los alimentos más económicos”, agrega.
Ahora, no todo lo que reluce es oro. Y en América Latina parecería que los costos de producción son un tema que bien preocupan tanto a broadcasters como a productores. Y ante estos desafíos parecerían surgir alternativas que fueron analizadas durante el panel “El momento del unscripted”, realizado en LA Screenings Independents el pasado mes de mayo, y del que participó quien suscribe este artículo como moderador.
“Es el momento de repensar el modelo. Las economías en términos de ingresos publicitarios están cayendo. Tenemos que ir a un modelo más tailor-made año a año y ver cómo seguir adelante, porque al final del día estamos todos en el mismo barco y tiene que ser exitoso no solo en términos de audiencias, sino en finanzas”, comentó Patricia Daujotas, directora de Contenidos de Saeta Canal 10 de Uruguay.
En este sentido, el fenómeno del unscripted, así como la volatilidad de las economías y el aumento de los costos de producción, provocan que se busquen nuevos modelos de producción, poniendo en el centro las alianzas estratégicas al momento de la producción.
“Hay que ser cada vez más creativos para buscar que los modelos sean sustentables. La visión de Paramount es encontrar oportunidades, crear hubs y empezar a encontrar socios para cada vez producir más”, subrayó por su parte Guillermo Pendino, VP Content and Programming – FTA Brands Latam Sur de Paramount.
Y en este sentido, el ejecutivo que lidera las estrategias de producción y programación de los canales Telefe en Argentina y Chilevisión en Chile –ambos propiedad de Paramount- adelantó que están explorando, alianzas, por ejemplo con Canal 10 de Uruguay, así como la creación de hubs de producción, como es el caso de ‘Big Brother’ para Argentina y Chile, y seguramente, otros países de la región.
Por su parte, Michelle Wasserman, SVP LatAm, USH & Brazil de Banijay Rights, explicó que el modelo de la compañía -que tuvo 30% de los formatos estrenados en el mercado internacional en 2022, según el informe The Top 100 Travelling Unscripted Formats, de K7 Media-, se enfoca por no solo licenciar los derechos de adaptación, sino asociarse para llevar adelante las ideas.
“No vendemos shows, licenciamos IPs y damos una guía de negocios y una consultoría de marca. Somos bastante detallistas porque sabemos desde la A hasta la Z todos los vericuetos que tuvo el formato, por qué lo eligieron, por qué tuvo éxito y también sabemos de los fracasos”, destacó la ejecutiva.
“Y no les vendemos a los canales, nos asociamos para poder llevar adelante la idea. No es que lo vendo y me desentiendo. Nos metemos mucho en el detalle porque tratamos de moldear las marcas y generar un universo de negocio”, añadió.
A modo de ejemplo, Wasserman destacó el caso de Big Brother, que a pesar de tener más de 20 años sigue obteniendo excelentes performances gracias a las innovaciones aplicadas al formato, como ha sido el caso en Argentina donde logró ubicarse como el programa más visto en la TV argentina en los últimos nueve años.
“Es un show con un abanico de oportunidades de negocio 360, dentro y fuera de la pantalla. Le tratamos de dar vida larga a nuestros productos. No necesariamente un show nuevo es mejor”, subrayó.
Entendiendo esta nueva realidad de la industria en la búsqueda de nuevos modelos de producción que amorticen los elevados costos de producción de shows cada vez más espectaculares, The ATS Team -productora reconocida por su trabajo en shows emblemáticos como American Ninja Warrior-, reveló parte de sus intenciones en desembarcar en Latinoamérica para establecer hubs y line productions.
“Productores de Estados Unidos y Europa están mirando más a América Latina, porque los costos son mucho más competitivos y porque hay buenos profesionales. Está creciendo mucho el mercado en ambos sentidos. Ahora mismo, la mitad de las producciones que se están haciendo en Los Angeles se están grabando en América Latina. Es una oportunidad que queremos aprovechar”, comentó Danny Sanz, COO de la productora estadounidense.
“A través de asociaciones con otras productoras y con cadenas, queremos hacer producciones que sean eficientes a la hora de ahorrar costos, porque es cierto que los presupuestos siguen sin subir, y hasta de hecho puede que estén bajando”, añadió el ejecutivo.
Por otro lado, el desarrollo de formatos de entretenimiento en el ecosistema digital es fundamental en estos tiempos de redes sociales, donde las IPs pueden explotar nuevos negocios de la mano de los anunciantes, y en el caso de los propios, permiten asegurar el 100% de la monetización en digital.
“Esa dimensión digital, la extensión a las redes sociales, sean elementos que tienen que venir ya incorporados a la idea en lugar de ser un ‘adicional’”, comenta Albertina Marfil, directora de Ventas de Formatos y Producción para América Latina de NBCUniversal Formats.
“En ese sentido, los programas de reality como Real Housewives, Made in Chelsea o Top Chef; son perfectos para generar contenido digital e integrar nuevas pantallas, porque tanto las y los participantes como la audiencia, se vuelcan a las redes para opinar, debatir, compartir reacciones. Es una fuente de contenido inagotable y sirven para generar un universo de contenido que existe más allá del horario televisivo”, concluye.
En resumen, el sector de entretenimiento televisivo unscripted vive un momento radiante en América Latina, y para que este momentum del segmento se proyecte hacia el futuro en la región, es necesario que las condiciones del mercado y sus players establezcan mecanismos.
En este sentido, los modelos de colaboración, el intercambio de experiencias, las alianzas de producción, así como la búsqueda de innovadores modelos de creación para el desarrollo de contenido, no solo extranjero, sino local y propio, que permita que este -en tiempos de globalización- pueda viajar a su vez a otras regiones.