El reconocido director británico Justin Webster (El Fiscal, la Presidenta y el Espía, Muerte en León, Six Dreams) habló con ttvnews con motivo de la segunda temporada de Six Dreams y de la «edad de oro» que vive la no ficción seriada en todo el mundo.
Este viernes 2 de octubre Amazon Prime Video estrenará la segunda temporada de Six Dreams, la serie documental producida por The Mediapro Studio junto con LaLiga y que en su primera entrega obtuvo nada más y nada menos que dos Emmy Internacionales.
En esta oportunidad, la serie sigue a tres jugadores de fútbol: Borja Iglesias del Real Betis, Aritz Aduriz durante su última temporada en el Athletic Club (Bilbao) y Santi Cazorla del Villarreal CF; un entrenador: Paco López del Levante Unión Deportiva; y dos dirigentes: Clemente Villaverde, Gerente del Atlético de Madrid (quien es sustituido a mitad de temporada por Fernando Fariza, Director de Operaciones y Explotación del Atlético de Madrid) y Maheta Molango, Consejero Delegado del RCD Mallorca (quien también es sustituido a mitad de temporada por Javier Recio, Director Deportivo del RCD Mallorca).
Aprovechando la ocasión, ttvnews dialogó con su director, el reconocido realizador británico Justin Webster (El Fiscal, la Presidenta y el Espía, Muerte en León, Six Dreams), quien adelantó detalles de la nueva temporada y analizó el presente de la no ficción seriada, que vive también su particular «edad de oro».
¿Que nos puede adelantar de la nueva temporada de Six Dreams?
Lo más obvio, pero a la vez profundo, que se ve en esta temporada, es la pandemia. Igual que en su primera temporada, la serie sigue a seis personas -a las que se les suman dos más-. Y los seguimos en el fútbol, pero también en la vida y que pase algo como la pandemia es importantísimo. Los efectos de la pandemia se empiezan a ver a partir del tercer episodio con las primeras noticias, el drama del parón, el confinamiento y la vuelta a un nuevo mundo. Eso realmente da una capa más de profundidad a esta temporada.
Luego, el espíritu es el mismo: es un documental observacional. No es un reality, no está guionizado, no es una ficción, no es un reality que se organiza. Filmamos muchísimo, como 500, 600 o más horas y solo se ve un poco. Y lo que se ve es autentico. Ese es el espíritu de Six Dreams, ser autentico y revelador.
¿Pudieron seguir a todos los protagonistas a lo largo de la temporada, incluso después de la pandemia?
Nuestros equipos, que estaban divididos entre los seis clubes a los que seguimos, tuvieron que hacer un proceso para poder estar dentro del muy pequeño grupo de aislamiento de los clubes. Hacerse tests cada semana y cumpliendo requisitos muy fuertes. Por eso pudimos estar dentro. Lejos al principio pero a poco cada vez más cerca y sin perder el estilo. Somos un equipo de 40 personas, es casi como otro equipo de fútbol entre plantilla y equipo técnico. Fue un trabajo muy delicado y estoy muy orgulloso de que hayamos podido seguir.
40 personas, 600 horas de rodaje…suena como un trabajo impresionante
Este género documental, que es el documental observacional, es muy laborioso para conseguir justamente eso: que sea real…Estar en el quirófano con Aritz Aduriz, estar en las bambalinas del hoy polémico partido entre Liverpool y Atlético de Madrid, estar con el psicólogo y Borja Iglesias…Todas esas cosas son reales, no son montadas, no son escenas ya acordadas. Y la relación con cada una de las personas ha sido muy creciente y nos ha permitido llegar mucho mas lejos que en la primera temporada.
Y dije 600 horas pero creo que probablemente fue bastante más, más hacia las 1000. Estamos siempre a la pesca, a la caza, con una idea muy clara de un tipo de escena o historia que haga avanzar la historia, pero esta escena tiene que cumplir hasta 10 requisitos y eso no siempre pasa. Las escenas pueden ser buenas, pero no suficientemente interesantes para avanzar la historia o revelar cosas nuevas. Tienes que filmar 10 escenas para conseguir una.
¿Y como se logra ese nivel de acceso?
Es difícil y en esta temporada hemos pasado varias paredes más. Especialmente con Aduriz. ¿Como se consigue? Con mucha pedagogía al principio con los clubes y las personas para que entiendan lo que buscamos hacer. Tener la primera temporada ayudó mucho. Pero también es la confianza que generamos, que vamos a esto, que no montamos cosas ni intentamos contar algo preconcebido. Tenemos una forma muy laboriosa de trabajar, muy definida, es casi como un deporte de seguir la historia sin prepararla.
¿Hay una fórmula para lograrlo?
Para explicarlo muy rápidamente en una línea, es la relación. A nivel técnico los equipos pasamos por días de entretenimiento, porque hay varias reglas. Hay 10 o 12 conceptos, pero para explicar uno por ejemplo: si es actuado, si la gente es consciente de la cámara, no se puede utilizar. Entonces al principio los protagonistas y sus entornos tiene que aceptar la cámara y olvidarla y esto no se logra inmediatamente. Hay que generar una relación de confianza con nosotros y con la cámara. Hay que tener el objetivo claro y explicarlo.
¿Como se eligen los protagonistas?
Es un ejercicio un poco de imaginación. Nosotros no inventamos nada pero al principio imaginamos mucho. La fama no es importante, pero sí la personalidad. Por ejemplo, Aduriz, que no quería hacerlo al principio porque es muy reservado y tímido, es como una estrella de cine. Tiene una cara en la que pasan todas las emociones y ni siquiera necesita decir nada. Y también miramos en su entorno. Una persona no es importante sola, sino que importa también su entorno. La profundidad y riqueza de sus relaciones es muy importante.
¿Habrá Six Dreams 3?
Es imposible hacerlo este año. No lo descarto para más adelante. Justamente entre la uno y la dos paramos un año porque no me parecía repetir porque sí. Adamás necesita mucho tiempo de desarrollo, conversaciones…Yo pensé que iba a ser más fácil hacer la segunda después de la primera, pero no. Siempre es difícil arrancar.
Más allá de Six Dreams, ¿estamos en viviendo una edad de oro de la serie documental?
Sí. Yo te podría soltar un discurso de horas sobre esto…Cuando hicimos Muerte en León, en 2015, había solo tres ejemplos de este subgénero o género nuevo: The Staircase, The Jinx y Making a Murderer, que son documentales narrativos, no true crime como se suele decir. Y esta edad de oro que estamos viviendo de la series documentales es la explosión justamente del documental narrativo. De contar las historias como en la ficción, a través de los personajes, pero sin ficción. La gente quizás no es consciente, pero lo que les gusta es esto. Y yo estoy encantado.
¿Eso es lo que conecta con la audiencia?
La explosión en la no ficción escrita ya pasó a nivel escrito por ejemplo en el mundo anglosajón, un poco también en América Latina. Es que la no ficción, contando una historia verdadera, real, pero bien contada, es importante. Es muy difícil porque es muy laboriosa. Quizás lo que también ha pasado es que ahora es más posible gracias a la aparición de las plataformas y un aumento en los presupuestos.
Hacerlo bien es laborioso y por eso, caro. Y cuando se hace bien, cuando se cuenta una historia real muy bien, tiene muchas chances de ganarle incluso a la ficción o al menos competirle.
Parece como si su hubieran alineados los planetas: el género encontró un estilo, su pantalla natural y su audiencia…
Sí, y fue por casualidad, porque Netflix puso un documental y rompió todo. Ya ni las televisoras públicas casi encargaban documentales. Y también está el hecho de haber encontrado el formato seriado. La serie ya había llegado a la ficción y cuando ha llegado a la no ficción ha abierto mucho las posibilidades. Un producto como Six Dreams no sería viable en 90 minutos.
¿Cómo ves el futuro del género?
En general bien, el futuro es bueno. No creo que sea una moda, este es un género que vino para quedarse, como en la escritura. Simplemente es que antes había menos, no era tan accesible. Lo que sí es un poco peligroso cuando hay tanto… hace falta diferenciar un poco entre lo bueno y lo no tan bueno y nosotros intentamos hacerlo bien, pero también podemos recibir críticas. A mi me gusta la competencia en esto y se están haciendo cosas buenísimas, aunque no se si hemos superado a las pioneras, como The Jinx.
¿Y el documental deportivo también vive una edad de oro?
Si, totalmente. The Last Dance ha ganado el Emmy…Pero también Undefeated, una película de fútbol americano que ganó el Oscar en 2011, ya daba señales de esas posibilidades. Y ahora se comprobó con las plataformas. Los documentales de deportes dan mucho. Hay un dicho que repito mucho que es de Richard Ford, que dijo que el deporte es un paradigma de la vida. El deporte es muy representativo de alguna forma quizás más dramatizada de la vida normal.
¿En que estás trabajando ahora?
Tenemos más proyectos con The Mediapro Studio, con una historia de verdad y mentiras en el mundo del periodismo. Es una historia internacional centrada en un impostor impresionante. Hay otra cosa que estamos haciendo que es más bien un thriller científico, pero también en vías de desarrollo. Tenemos varias cosas en marcha o semi marcha, siempre en este formato de no ficción seriada.