Según el CFO de The Kitchen, la integración de recursos de inteligencia artificial (IA) al workflow de la compañía está creando eficiencia y mejorando algunos costos, pero no sustituye el factor humano.
*Con producción de Luis Cabrera, desde Los Ángeles
Desde LA Screenings en Los Ángeles, Josh Pine, director financiero de The Kitchen, dialogó con ttvnews acerca de la actualidad de la compañía y su visión actual de la industria de la localización de contenidos, donde una de las mayores incógnitas es cómo se verá afectada por la evolución de la inteligencia artificial.
«La IA no te quitará el trabajo, pero alguien que la use bien, sí», resumió el ejecutivo. «Gracias a la IA, un lingüista que antes tardaba tres días en subtitular una película de dos horas, ahora puede hacerlo en uno. Y en tres días, puede hacer tres películas. Así que gana por tres trabajos, no uno. Estamos creando eficiencia con la IA, no despidos», explicó.
Según Pine, esa eficiencia es esencial. «El contenido globalizado crece entre un 30 y 40% anual. Pero la profesión de lingüista solo crece un 2%. Haz las cuentas: sin tecnología, no da. Lo único que se escuchan son los rumores sobre la IA: ¿Me va a ahorrar dinero? ¿Voy a reducir el 85% de mis costos? Y claramente, la respuesta es no».
Según Pine, uno de los mayores desafíos es simplemente educar al cliente. «La IA es una tecnología en evolución. No es una sola cosa», explica. «Por un lado, tienes la IA generativa, ChatGPT y otros, pero eso no sirve para lo que hacemos nosotros. En nuestro terreno, usamos lo que llamamos IA de automatización: herramientas diseñadas específicamente para resolver problemas operativos. Es un juego completamente diferente».
Con respecto a las dudas que tienen los clientes sobre el uso de la IA, Pine comenta que el uso de este recurso depende del cliente. «Depende del contenido. ¿Dónde se va a ver? ¿En un teléfono mientras alguien cocina o en una pantalla de 85 pulgadas con sonido envolvente? Eso hace una gran diferencia», aseguró.
Para producciones de alto presupuesto, «si estás haciendo una nueva película de Marvel y cuesta 100 millones de dólares», Pine lo deja claro: las voces generadas por IA no son opción. «Las expectativas son de perfección. Tal vez usemos IA para la traducción, porque ha mejorado mucho, pero ¿las voces? Aún no llegamos a ese nivel».
Pero para proyectos de bajo presupuesto o contenido dirigido a plataformas FAST, la IA puede ser útil. «Es una buena alternativa. Es una forma de monetizar contenido en países donde antes no era rentable. Puedes probar, y si funciona, invertir más para mejorarlo», destacó.
«Para un drama ligero o un documental, las máquinas funcionan muy bien. Pero para reality shows con gente gritando, olvídalo. Si el oído humano no puede distinguir lo que se dice, la máquina tampoco», aseguró Pine.
En este escenario, el factor humano sigue siendo clave. «La IA complementa nuestros flujos de trabajo, pero no los reemplaza», enfatiza Pine. «No es cuestión de apretar un botón y que todo salga perfecto. Eso es lo que la gente quiere , pero no es la realidad práctica».
Incluso donde se integra IA, la intervención humana sigue siendo esencial, especialmente por la variabilidad entre idiomas. «Algunos idiomas funcionan mejor que otros. Todo depende de los datos con los que fueron entrenados. Los datos lo son todo», dijo el CFO de The Kitchen.
«Eso determina cuánta intervención humana se necesita, lo que a su vez define el costo, y así el cliente decide si le conviene o no», indicó.
En The Kitchen, Pine insiste en que adoptar IA no es responsabilidad de un solo departamento: es una prioridad a nivel de toda la empresa. «Estamos capacitando a todo el equipo, ya sea en Madrid, Miami o cualquier otra sede, para que entiendan qué puede hacer la IA y qué no. Si nos quedamos atrás, no vamos a poder recuperar terreno», concluyó.