La miniserie de ocho episodios, filmada en Panamá y República Dominicana, toma como punto de partida la historia de los esclavos chinos en la Cuba de 1860 para compartir un apasionante y multicultural drama con gran presencia latina, delante y detrás de cámaras.
La historia dice que el tráfico de esclavos chinos -en su enorme mayoría hombres- hacia Cuba explotó a fines de 1850, menos de dos décadas después deque el Imperio Británico, con una economía más desarrollada y varias revueltas en manos, viera conveniente abolir la esclavitud en 1834. Sin tantos africanos siendo capturados y vendidos, las plantaciones españolas en Cuba necesitaban otra mano de obra para explotar. Aquella China, todavía sufriendo el impacto de las Guerras del Opio, era el lugar ideal del cual tomar trabajadores, ya sea voluntarios o en servidumbre por obligación. En los años siguientes, estos esclavos serían una pieza clave en la guerra de la independencia cubana
Esa historia real tan poco conocida en el resto de la región -en Cuba se recuerda a los esclavos y soldados chinos por su rol en la revolución con un monumento en la La Habana que reza: «No hubo ni un solo desertor cubano-chino. No hubo ni un solo traidor cubano-chino»- es la base sobre la que se construye la atrapante narrativa de Coolie, la serie limitada de la productora singapurense Cathay Film Company que tuvo su «trade premiere» en la reciente edición de Content Americas.
Coolie, distribuida internacionalmente por I.E. Entertainment, sigue la conmovedora historia de Chulin, interpretada por la actriz y modelo hongkonésa Louise Wong, una joven que escapa de su país y llega a Cuba buscando a su prometido, pero se encuentra con una realidad muy difícil para los esclavos chinos, algo que le afecta una vez es secuestrada por uno de los villanos de la historia. Su historia es una de mucho peligro, sufrimiento, superación, pero también de amor, gracias a su relación con Leo Ortega, interpretado por el colombiano Mauricio Hénao.
Para entender la historia de Chulin también se debe entender la historia detrás, la de la empresaria Meileen Choo, la CEO de Cathay Organization Group, quien siempre ha tenido un deseo de saber más sobre la diáspora china, dado que ese es también el origen de su familia: «Siempre estuve muy interesada en la historia de las personas chinas que han vivido fuera del país», comentó la ejecutiva, entrevistada en Miami. «Comencé a leer sobre ello y descubrí que había chinos en Cuba, así como había en Perú, en Bolivia y en otros países de América Latina».
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Meileen Choo
Luego de acercarse a Cuba en la década del noventa para conocer a la comunidad china que todavía persistía en la isla, Choo se impuso el desafío de contar esta historia. Para lograrlo, «lo más importante» fue un reportaje de la época, comisionado por la Dinastía Qing, donde se entrevistó a unos 1200 «coolies» en Cuba para documentar cómo se vivía en el país. «El horrible trato que sufrían los esclavos chinos en Cuba viene de ese reporte», explicó. «Mucho de lo que ves en la serie sale de allí».
«Originalmente quería que fuera una película, así que trabajé con un guionista coreano-estadounidense, pero era un hombre y yo quería contar una historia desde la mirada femenina. Así que descarté esa idea y, cuando finalmente me decidí a hacerlo, busqué guionistas mujeres. Yo escribí el primer episodio y a partir de ahí empezamos a trabajar en el resto», recordó la showrunner.
«Cuando terminamos el guion, después de la pandemia, me reuní con nuestro productor ejecutivo y me dijo: ‘Es una historia de época, llevará unos dos años’. Pero yo quería hacerla en 2023 y lo hicimos», agregó.
La producción, de cuatro meses y medio de duración, utilizó locaciones de Panamá y, en su mayoría, de República Dominicana.
«Nunca había filmado en Latinoamérica y fue genial», afirmó el director, Arvin Chen (Pachinko) «Los actores eran increíbles, pero el simple hecho de estar allí fue muy agradable. Aunque teníamos jefes de departamento del Reino Unido y Norteamérica, un 90% del equipo era local, en su mayoría dominicanos o panameños».
«Tuvimos una buena cantidad de locaciones reales y queríamos que fueran lo más naturales posible. Los sets que construimos parecían muy auténticos y fue fácil filmar en esas locaciones», agregó.
En cuanto a la historia, el director destacó su aspecto multicultural: «Me encantan estas historias donde una persona debe adaptarse a otra realidad, donde hay dos culturas chocando. Todo lo que he hecho ha sido multilingüe, así que es divertido trabajar con actores de múltiples nacionalidades».
Un elenco global que habla inglés
Una de las decisiones más importantes de Coolie es utilizar el inglés como idioma principal, si bien hay escenas con diálogo en chino y un poco de español. «Meileen tomó la decisión de hacer la serie en inglés por motivos comerciales, pero también por razones de autenticidad: yo creo que hubiese sido aún más difícil hacer una serie en la que todos los acentos en español fuesen diferentes», argumentó Chen.
Esto significó un desafío para el casting, que buscó talento en múltiples partes del mundo, pero llevó a los actores a hacer su trabajo en un idioma que, en muchos casos, no les resultaba natural.
«Esa fue mi primera vez actuando en inglés delante de una cámara», compartió Camila Arteche, la actriz cubana, quien vive en Miami desde hace cinco años, pero aclara, en tono de broma, que «en Miami no se habla inglés».
«Fue difícil, pero también fue hermoso porque cada uno tiene su acento latinoamericano», agregó.
Arteche interpreta a María, presentada inicialmente como antagonista de la protagonista, pero con una complejidad que la actriz asegura le hará ganar a parte de la audiencia. «Me emocioné mucho cuando conseguí el papel porque nunca había estado en un proyecto sobre mis raíces», comentó la actriz. «María es uno de los personajes más difíciles que he interpretado: es muy contradictoria, muy pasional. Las mujeres se identificarán con su viaje».
Para Camila Camilo el inglés no fue un desafío: «Yo trabajo principalmente en inglés; nací en Santo Domingo, pero me mudé a EEUU a los 16 años», explicó. «Toda mi carrera ha sido en EEUU y mis apuntes eran otros: que hablo demasiado rápido o que mi acento es demasiado estadounidense».
Justamente, la posibilidad de interpretar a Elvira le resultó única: «Me llamó la atención que estuvieran buscando una afrolatina que pudiera manejar ambos lenguajes porque rara vez tengo esa oportunidad», señaló la actriz. «Ya fue un regalo hermoso poder audicionar, porque fue un llamado muy grande y nunca pensé en que me quedaría con el rol».
La historia de Sian Chiong es también muy interesante. El actor cubano, de descendencia china, tuvo en Coolie su segunda experiencia en inglés. «Mi experiencia previa fue en Colombia, en un film con James Franco, pero el director era español así que la comunicación era sencilla y solo las escenas eran en inglés. Ahora fue más difícil porque Arvin habla tan rápido», recordó con humor.
«Esta historia era perfecta para mi como un cubano cuyo bisabuelo vino de China. Es un proyecto muy especial para mi», agregó.
Chiong estuvo cerca de quedarse con el personaje de Ortega, pero eventualmente se decidió que cambiaran papeles con Hénao, dejando en sus manos al villano Néstor: «Al principio estaba frustrado de no poder interpretar a Leo, pero cuanto más leí, más me gustó Néstor», dijo. «Nunca interpreté un personaje así de malvado, con tanta acción y drama».
La serie de ocho episodios busca casa en una de las principales plataformas regionales y deja la posibilidad abierta, dentro de su atrapante estructura narrativa, para más temporadas, con nuevos personajes. «Queremos que la mayor cantidad de gente posible vea esta historia», señaló Choo.