José Luis Farias, director de los Premios Quirino, habló con ttvnews sobre la edición online del evento y el presente de la animación iberoamericana, que pasa por su mejor momento histórico y se prepara para dar el gran salto.
Tal como todos los eventos de la industria, los Premios Quirino debieron suspender en abril su tercera edición, que se iba a realizar en Tenerife a partir del 18 de abril.
Como contrapartida, la organización del evento lanzó el pasado 25 de mayo una edición online con actividades durante todo un mes, que se extenderán hasta el 27 de junio en lo que bautizaron el «Mes Quirino».
Para conocer más sobre el Mes Quirino y la actualidad del sector de la animación, ttvnews dialogó con José Luis Farias, director de los Premios Quirino.
¿Qué balance hace de la decisión de llevar el evento al mundo virtual y cómo se viene desarrollando hasta el momento?
Al principio fue bastante traumático, pero vimos la necesidad de que se mantuviesen de alguna forma los premios, no solamente por los premios en sí, sino más por la parte de negocio. Está claro que el sector de la animación en Iberoamérica ha conseguido seguir trabajando, cuando ficción por ejemplo ha tenido que parar. Pero ha seguido con los proyectos que ya estaban y lo importante es que la maquinaria siga funcionando y para eso hace falta también hacer negocios y que los creadores y las productoras estén en contacto con las distribuidoras y las televisiones. En ese sentido fue una decisión un poco entre todos de poder seguir adelante y poder mantener todo esto. Fue también una decisión distinta, que hasta ahora no hemos visto en otros eventos: en lugar de replicar un evento a nivel temporal, hacerlo más distanciado a lo largo de un mes. Estamos notando que hay una saturación de eventos online y de contenidos online y por eso lo hemos desarrollado a lo largo de todo un mes, para dar mas respiro.
¿Y qué tal ha funcionado la propuesta?
Nos hemos basado un poco en la confianza de compradores, distribuidores y televisiones que han puesto mucho de su parte para poder hacer que las reuniones se realicen. Hemos contado con ‘decision makers’ de compañías como Discovery, RTVE, Disney, Televisa, Adult Swim. También hemos contado con productoras muy potentes a nivel iberoamericano como Mondo, Ánima, Zinkia, Planeta… Hemos conseguido que se realicen cerca de 800 reuniones online. Este es un evento muy boutique, que va más a la calidad que a la cantidad, entonces en ese sentido estamos contentos porque han respondido muy bien y se han tenido muchas reuniones. Hemos intentado generar comunidad y ese espacio de confianza dentro del evento.
En cuanto a conferencias mesas redondas hasta el día de hoy hemos llegado a 140.000 visionados, que es mucho más de lo que estimábamos. En ese sentido el foro ha crecido, ha habido más reuniones que el año pasado. Antes estábamos reducidos a las conferencias, a las salas y ahora llegamos de una forma masiva y global a todo el mundo.
¿Cómo está parada hoy la animación de Iberoamérica en el contexto internacional?
La animación iberoamericana presenta un equilibrio entre la animación que viene de Hollywood, de los grandes estudios y las grandes plataformas, y la animación europea, que es más de autor. En los últimos años hemos comenzado a encontrar nuestra identidad a través del talento, las técnicas de animación y la manera de contar las historias. Existen muchas animaciones distintas dentro de la región, pero sí que es verdad que hay una cultura común que nos une.
Y desde luego tenemos dos cosas importantes: hay un mercado propio muy grande a través de nuestros dos idiomas (español y portugués). Nosotros mismos como Iberoamérica ya llegamos a muchísimo público. Y también tenemos la oportunidad de llegar al público hispano de EEUU. Será un tema de mercado o una oportunidad de negocio, pero las grandes plataformas también están interesadas en llegar a ese publico, por lo que tienen que pasar por el ‘filtro’ de la hispanidad o latinidad.
¿Cree que ya existe ese mercado único? ¿Iberoamérica consume animación iberoamericana?
Ya está empezando pasar…lógicamente es muy complicado competir contra la apisonadora de EEUU. Pero sí hay cada vez más interés. Uno de los grandes dinamizadores para esto son las televisoras públicas de cada país. Y hay cada vez más coproducciones entre países como Brasil y Chile, Brasil y España…etc. Hay que sembrar, estamos en esa fase de sembrado. Cuando se le destina el tiempo, el apoyo y el presupuesto suficiente salen producciones muy interesantes. Un ejemplo sin ir más lejos es Klaus, una animación española que está teniendo un gran recorrido a nivel global.
Creo que es tan importante vender hacia afuera y proyectar esa imagen de la nueva animación iberoamericana, como que nos creamos nosotros mismos que tenemos un mercado y que podemos trabajar hacia nosotros. De dentro a afuera y de fuera adentro.
¿Y hacía afuera aumenta también la exposición de la animación iberoamericana?
Si, eso también se está notando y las distribuidoras están buscando ese tipo de contenidos. Hace cinco o seis años las grandes distribuidoras o los agentes no mostraban tanto interés. Quizás parte de este interés también surja de las plataformas digitales como Netflix que se está apoyando mucho en los productos locales. Ya pasa en la ficción con ejemplos como La casa de papel o 3%. En animación está pasando lo mismo…está habiendo un interés por parte de las OTT. Lo que pasa es que en ficción se tarda menos en ver los resultados, nosotros en animación tenemos nuestros propios tiempos, que son un poco más largos. Ya se están viendo los primeros contenidos, pero dentro de un año y medio será esa eclosión. Tenemos conocimiento de que hay muchos productos que se están haciendo ahora mismo en Chile, Brasil, muchas partes de América Latina que están en plena producción y que van a ir saliendo poco a poco.
¿Entonces cuál es el momento actual de la animación en Iberoamérica?
Está pasando por su mejor momento y la explicación es entre estadística e histórica. Hay muchos países que se han incorporado hace poco a lo que es la producción de animación a nivel de negocio. Por ejemplo, países como Perú, que no existían en el mapa hasta hace poco tiempo, ahora están sacando producciones muy interesantes. Hemos pasado de la casi inexistencia a un proceso de crecimiento muy amplio. Hay mucho mercado por recorrer y mucho crecimiento por delante, pero es verdad que este es el mejor momento que hemos tenido en la animación en la región. En Europa estamos más en un estado de valle, no se ve un crecimiento tan grande. En Iberoamérica queda mucho por hacer, pero solamente se puede seguir creciendo.
¿Qué importancia tienen las coproducciones en el sector?
Las coproducciones están consiguiendo que se cierren proyectos, que se financien y que tengan éxito. Hay grandes motores como Brasil, México, Colombia…hay muchos países que están creciendo y que están trabajando y es más fácil de financiar a través de la coproducción. El sector está muy acostumbrado a coproducir y de hecho los productos o nacen internacionales o es complicado de que se hagan. Además, la animación tiene varias ventajas para coproducir. Se puede repartir mucho mejor el trabajo, es mucho más natural. Estamos menos limitados a ese trabajo repartido y en remoto. Y si se tiene una visión internacional son productos que viajan mucho mejor.
Claro, la animación es más cara que la ficción en general, por lo que estamos obligados a salir y encontrar socios. Es por un lado necesidad y por otro lado porque estamos más preparados y una serie de animación la puedes adaptar a cualquier idioma, viaja mucho mejor, se vende mejor que la ficción…Tenemos la ventaja que se dobla y ya parece local.